Una Historia
Necesaria por
Conocer y Contar
Para poder hablar de nuestra historia de nuestro país, se hace necesario ubicarnos y remontarnos en las diferentes etapas que la sociedad civil ha cursado durante su existencia, que parte inicialmente desde la vivencia de los Indígenas, pasando por el colonialismo, postriormnte por la vida republicana y la aparición de los partidos tradicionales, donde incluyamos en este proceso histórico la aparición de la Clase Obrera, los indígenas de hoy, el Campesinado, los Estudiantes y los Sectores Populares con la aparición del Movimiento Comunal en Colombia.
No cabe duda, que una parte mayoritaria de los colombianos no conocen su verdadera historia, por que han estado informados de manera parcial y vertical de quienes la han escrito de manera parcial y la han dirigido y gobernado a su manera y antojo a este país de todos y todas.
CUÁLES FUERON LAS CIVILIZACIONES ANDINAS?
Hace más de 4.000 años comenzaron a desarrollarse una serie de civilizaciones en la zona de la cordillera de los Andes y en sus áreas cercanas. Aproximadamente, en los espacios que hoy ocupan Perú, gran parte de Ecuador y Bolivia, y el norte de Chile. La última de aquellas civilizaciones fue la de los incas, que, en el siglo XV, crearon un gran imperio. En el siglo XVI, el Imperio incaico (de los incas) fue conquistado por los españoles.
Las principales civilizaciones andinas hasta la llegada de los españoles fueron las siguientes:
Huaca Prieta - Chavín de Huantar - Paracas.- Mochica o moche. - Nazca. - Huari. - Tiahuanaco. - Chimú. - Inca.
La historia de aquellas civilizaciones se suele dividir en varios periodos. Sigue leyendo si quieres acercarte a aquellos momentos tan interesantes de la historia de América. -. 1
EL PERIODO PRECERÁMICO
Este periodo comenzó hace aproximadamente 4.500 años, es decir, sobre el 2500 antes de Cristo.
En aquella época fueron construidas unas monumentales tumbas ceremoniales en Huaca Prieta. Este lugar está situado en el valle de Chicama, en el norte de la costa peruana. Los restos de Huaca Prieta son los más antiguos de las civilizaciones andinas.
Hace 3.800 años, se construyeron, en Las Haldas (también en la costa norte de Perú), los considerados primeros templos y pirámides de toda América.
PERIODO POSCLÁSICO
Las últimas civilizaciones andinas anteriores a la llegada de los españoles fueron la chimú y la incaica. -3
Chimú. Aproximadamente entre los años 1000 y 1470, la civilización chimú dominó el norte de Perú. La cultura chimú era heredera de la mochica. Su capital fue Chanchán, que ya era una verdadera ciudad, pues en ella había centros ceremoniales, viviendas, mercados, talleres, jardines y depósitos de agua y alimentos. Los edificios estaban decorados con mosaicos hechos con ladrillos de adobe y adornados con relieves que representan animales, pájaros y figuras mitológicas. La cultura chimú destacó también por su cerámica, su orfebrería y sus tejidos.
Inca. Desde su capital, Cuzco o Cosco, los incas gobernarían, a partir del siglo XV, un imperio que se extendía por el área central andina: desde Ecuador hasta Chile. Llegaron a Cuzco hacia el año 1100 d.C., y su esplendor se prolongó hasta el siglo XVI, cuando su gran imperio fue conquistado por los españoles.
La civilización incaica
Biblioteca de Consulta En el sur de Perú existen unas misteriosas líneas que sólo pueden verse desde una gran altura. Se trata de uno de los restos más enigmáticos del pasado americano. Pertenecieron a una cultura llamada Nazca, una de las antiguas civilizaciones andinas...
¿CUÁLES FUERON LAS CIVILIZACIONES.
¿Sabes qué era el Tahuantinsuyu? Si sigues leyendo, aprenderás que era el nombre que los soberanos incaicos daban al inmenso territorio que se encontraba bajo su gobierno.
¿QUIÉNES FUERON LOS INCAS?
Inca es una palabra que proviene de la lengua quechua, y quiere decir ‘rey’ o ‘príncipe’. Es el nombre que se daba a los soberanos precolombinos de Cuzco, que establecieron un vasto imperio en los Andes en el siglo XV, muy poco antes de la conquista española.
Pero el nombre también se aplica a todos los súbditos del Imperio incaico. Los incas establecieron la última y más desarrollada de las antiguas civilizaciones andinas. - 4
HISTORIA DE LOS INCAS
En torno al año 1100 d.C., los incas llegaron al valle de Cusco o Cuzco. Provenían del altiplano de la cordillera de los Andes. Aunque no tardaron en convertirse en uno de los pueblos más poderosos de la zona, su gran expansión no se produjo hasta mediados del siglo XV. Su primer gran soberano fue Pachacutec Inca Yupanqui; durante su reinado, los incas empezaron a conquistar otras regiones.
A Pachacutec le sucedió Túpac Inca Yupanqui, quien continuó la expansión por la costa y la sierra norte, hasta el actual Ecuador. Posteriormente, se dirigió al sur y avanzó hasta el río Maule, en Chile, el punto más meridional controlado por los incas. El Imperio incaico alcanzó su mayor extensión con Huayna Cápac (inca entre 1493 y 1525), hijo de Túpac. Cuando murió, las posesiones de los incas se extendían por la zona sur de la actual Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, y parte de Argentina y Chile.
Huayna Cápac murió, en 1525, sin haber designado sucesor, lo que provocó la división del Imperio. Sus dos hijos, los hermanastros Huáscar y Atahualpa, aspiraban al trono. Las luchas entre ambos se prolongaron hasta 1532, cuando Huáscar fue derrotado. Pero ya era tarde, pues el Imperio se había visto muy debilitado como consecuencia de la guerra civil. En ese crítico momento, llegó a la zona el conquistador español Francisco Pizarro, el cual recibió el apoyo de pueblos de la zona descontentos por la dominación inca. Pizarro hizo prisionero a Atahualpa, al que mandó ejecutar en 1533, y nombró soberano a otro hijo de Huayna Cápac, llamado Manco Inca (conocido como Manco Cápac II). El nuevo emperador se rebeló contra los españoles en 1536 y, aunque resultó derrotado, fundó un núcleo de resistencia en Vilcabamba.
A Manco Cápac II le sucedió en el trono su hijo Sayri Túpac, quien firmó la paz con el virrey español, Andrés Hurtado de Mendoza. Los últimos soberanos incas fueron los hermanos Titu Cusi Yupanqui (1561-1571) y Túpac Amaru (1571-1572), los cuales reiniciaron las luchas contra España desde Vilcabamba. Túpac Amaru, derrotado y decapitado en 1572 por orden del virrey, Francisco de Toledo, fue el último monarca incaico. - 5
SOCIEDAD, ECONOMÍA Y CULTURA DE LOS INCAS
Como ya has leído, la máxima autoridad en el Imperio incaico era el inca o rey. Los incas denominaban a su reino Tahuantinsuyu, una palabra quechua que significa ‘Tierra de las Cuatro Partes’. Esas cuatro partes eran Antisuyu, Collasuyu, Cuntisuyu y Chinchasuyu.
La base de su organización social era el parentesco. El ayllu era el conjunto de personas que se consideraban parientes por descender de un antepasado común.
Los incas practicaron una agricultura avanzada, pero también fabricaron objetos de cerámica, tejidos y armas. Aunque no disponían de caballos ni de vehículos con ruedas ni de un sistema de escritura, los gobernantes cuzqueños pudieron estar en contacto con todos los territorios de su Imperio gracias a una compleja red de caminos de piedra.
Su sistema político y administrativo estaba basado en la agricultura y en el sistema de ayllus. Por debajo del inca o rey, se encontraban las familias de los antiguos incas, que eran denominadas panacas (‘familia noble’), encargadas de mantener el recuerdo del inca fallecido, de realizar ceremonias en su nombre, de cuidar sus bienes y de mantener las alianzas que hubiera hecho en vida.
Los siguientes niveles de poder, tras el inca y las panacas, eran los jefes de los pueblos conquistados y los curacas o jefes de los ayllus. Por último, los campesinos miembros de un ayllu (la gente común) tenían la obligación de trabajar por turnos para el Imperio (esta institución se llamaba mita).
Entre las expresiones artísticas más impresionantes de la civilización incaica se encuentran los templos (como el templo del Sol, en Cuzco), los palacios, las obras públicas y las fortalezas (siempre estratégicamente emplazadas, como Machu Picchu).
El dios supremo de los incas era Viracocha, creador y señor de todas las cosas vivientes. Otras grandes deidades fueron Pachacamac (dios de la creación y de la vida), Inti (dios del Sol y padre de los incas), Hamaquilla (diosa de la Luna), Pachamama (diosa de la Tierra) e Illapa (del rayo y la lluvia).
Un español que viaja a Hispanoamérica percibe al instante que no está en una tierra ajena, ni ante gentes extrañas. Le son familiares las ciudades y sus edificios, el idioma, la religión y la cultura en general. Todo eso y otras cosas demuestran que durante más de 300 años la Corona española consideró a esa tierra no como una colonia, sino como la España del otro lado del Atlántico.
El descubrimiento, la conquista y la colonización de América constituyen, quizá, la mayor empresa llevada a cabo por un pueblo a lo largo de la historia.
EL DESCUBRIMIENTO Y LA CONQUISTA DE AMÉRICA
La gran hazaña de Cristóbal Colón, entre 1492 y 1493, fue, por una parte, saber llegar a las Indias y, por otra, saber regresar de ellas. Colón murió convencido de que las Antillas eran la antesala de Asia, de ahí el nombre de Indias. Años más tarde, el florentino Américo Vespucio, que había navegado con los españoles, proclamó que se trataba de un Mundo Nuevo, bautizado después, en su honor, con el nombre de América.
La situación de América hasta 1492 fue algo sorprendente. Siendo un continente de 42 millones de kilómetros cuadrados (una tercera parte de las tierras de este planeta), había permanecido ignorado para los habitantes europeos o del Viejo Mundo. Su aislamiento se debió en gran parte a sus características geográficas: una inmensa masa de tierra alargada (casi 16.000 kilómetros, de norte a sur) y relativamente estrecha (5.000 kilómetros como máximo), rodeada por dos masas oceánicas (el Atlántico y el Pacífico) que lo convirtieron en un continente-isla.
Ese aislamiento del continente y del hombre explica que los americanos desconocieran técnicas e inventos ya habituales en el Viejo Mundo. Cuando los europeos llegaron a América, se encontraron con unos pueblos con grandes carencias técnicas.
Cuando los españoles llegaron en 1492, América estaba poco poblada (40 o 50 millones de habitantes). Las mayores concentraciones de población nativa se localizaban en las tierras templadas y frías de los altiplanos, desde la meseta central de México hasta los valles y las llanuras elevadas de los Andes. Allí se encontraban las llamadas ‘Altas Culturas’ y los grandes imperios de aztecas e incas.
En poco más de 50 años, los españoles recorrieron gran parte del continente americano, descubriendo las Antillas y el Caribe, Centroamérica, el océano Pacífico, el golfo de México, llegando al Río de la Plata, dando la primera vuelta al mundo, dominando a los aztecas y a los incas, y recorriendo las costas, las selvas y los grandes ríos, desde Estados Unidos hasta la Tierra del Fuego, poniendo nombre a las cosas.
LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA DE AMÉRICA - 8
España no convirtió a América en una colonia, sino que la consideró como una provincia más; era la España del otro lado del Atlántico. Y por eso trasplantó a América sus instituciones y su cultura. A todo esto se le llama hispanización del Nuevo Mundo.
Entre los organismos que los españoles crearon para el gobierno de América hay que señalar la Casa de Contratación de Indias (1503), para controlar el comercio, y el Consejo de Indias (1524), que pretendía regular todos los asuntos americanos. Igualmente, organizó los nuevos territorios creando virreinatos, audiencias, gobernaciones y capitanías generales, corregimientos y cabildos o ayuntamientos. Muchas de estas demarcaciones darían origen después a las naciones de la América independiente.
En el plano religioso, la Corona española, desde un primer momento, obtuvo del Papado, tras las Bulas Alejandrinas (1493), el encargo de evangelizar a los indios. Poco después, la monarquía recibió el ‘patronato regio’, o derecho de organizar la Iglesia de América, responsabilizándose de los nombramientos, las fundaciones y otros asuntos religiosos.
España dictó numerosas leyes y disposiciones para el gobierno de América y los americanos. Así fue naciendo un ordenamiento jurídico o ‘Leyes de Indias’, que se ha convertido en un valioso legado de la hispanización del Nuevo Mundo.
En América convivieron blancos, indios y negros. Blancos e indios no se rechazaron, y pronto, ante la escasez de mujeres que pasaban a Indias, se produjo un fuerte mestizaje. De la unión de blancos o indios y negros nacieron los mulatos. Los españoles americanos fueron llamados criollos. Los indios no podían ser reducidos a la condición de esclavos, mientras que sí se admitía la esclavitud de los negros africanos.
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La lengua española se fue extendiendo por América al ritmo de la civilización hispana, llevada por conquistadores, frailes, gobernantes y colonos. Al mismo tiempo, el diccionario español se enriqueció con palabras indígenas. Hablamos pues de un nuevo mestizaje, esta vez cultural, parecido al de la sangre.
A mediados del siglo XVI, se habían fundado ya las universidades de Santo Domingo, México y Lima, así como múltiples colegios para españoles e indios. La primera imprenta se estableció muy pronto en México (1539), impulsando las letras y las artes, y creando un ambiente cultural superior al que reinaba en la mayor parte de Europa.
Los españoles no eran partidarios de residir en las ciudades indígenas, sino que su mayor aspiración era fundar sus propios pueblos y ciudades donde vivir. El renacimiento recuperó el modelo de ciudad grecorromana, de trazado rectilíneo y con una gran plaza mayor, centro de la vida ciudadana, que serviría de ejemplo a toda Hispanoamérica. Hacia el año 1630, se habían fundado más de 350 ciudades en la América española, prácticamente todas las capitales importantes, con una característica común: la uniformidad.
En el plano económico, las relaciones entre América y España fueron trascendentales para el futuro. La agricultura americana se enriqueció con productos como azúcar, plátano, cereales, vid, olivo, legumbres o café. Por su parte, América aportó al Viejo Mundo productos tan importantes como maíz, patata, tomate, cacao o tabaco. Con la ganadería, la más beneficiada fue América. La mayor parte del ganado que puebla hoy América, como caballos, cerdos, vacas, ovejas, mulas y burros, fue llevado por los españoles desde los primeros años, adaptándose con gran facilidad y rapidez.
La minería supuso la gran riqueza de América. España y Europa estaban necesitadas de metales preciosos, sobre todo de plata. Las minas de Potosí (Bolivia) y Zacatecas (México) aportaron un inmenso tesoro de metales preciosos que fue llegando a España y, a través de España, a Europa. Esto ayudó a la transformación económica del Viejo Continente. Para asegurar este importante tráfico se formó la Flota de las Indias, cuyos galeones cruzaban el Atlántico bien armados y protegidos para evitar la amenaza de los piratas.
Seguramente, Cristóbal Colón sea el navegante y descubridor más famoso de todos los tiempos. En 1492, descubrió el Nuevo Mundo: fue el primer almirante, virrey y gobernador de las Indias. Mostró a los europeos el camino para ir y volver del continente que habría de llamarse América.
COLÓN BUSCA AYUDA - 10
No se sabe con seguridad ni el año ni el lugar en que nació Cristóbal Colón. Aunque muchos historiadores han dedicado sus vidas a intentar descubrir esos datos, no todos opinan lo mismo. Lo más probable es que fuera en 1451, en la ciudad italiana de Génova. Cuando todavía era un niño, ya se podía intuir que su vida iba a estar siempre unida al mar. Sabemos que cuando tenía quince años era marinero, y que a los veinte o veintidós ya mandaba un barco. Desde 1470 hasta 1476, navegó numerosas veces por el mar Mediterráneo, por las principales rutas comerciales de la época.
En 1476, Colón llegó a Portugal, y allí aprendió los secretos necesarios para navegar por el océano Atlántico. Parece ser que, hacia 1480, se casó; su mujer se llamaba Felipa Moñiz, y dos años después nació su hijo Diego. En algún momento entre 1477 y 1482, alguien informó a Colón de que al otro lado del océano Atlántico existía tierra. Comenzó entonces a elaborar su plan descubridor.
En 1485, tras haber sido rechazado su proyecto en Portugal, llegó a Castilla y visitó el monasterio franciscano de Santa María de La Rábida, en Huelva. Los Reyes Católicos le recibieron por primera vez en 1486, en Alcalá de Henares, y, a continuación, nombraron una junta de expertos para valorar su proyecto, que fue desechado de nuevo.
Finalmente, el 17 de abril de 1492, Colón firmó con los Reyes Católicos las Capitulaciones de Santa Fe: un documento-contrato que estipulaba las condiciones en que Cristóbal Colón haría su viaje.
LOS DOS PRIMEROS VIAJES DE COLÓN A AMÉRICA -11
El 3 de agosto de 1492, la flota de Colón salió del puerto de Palos de la Frontera, en Huelva. Eran tres naves: Pinta, Niña y Santa María. El 12 de octubre de ese año, después de muchas penalidades, Rodrigo de Triana, un marinero de la Pinta, dio un grito que cambiaría la historia del mundo: “¡tierra!”. Colón y sus hombres habían llegado al Nuevo Mundo. Al día siguiente, desembarcaron en la isla de Guanahaní, una de las actuales islas Bahamas, a la que llamaron San Salvador. Posteriormente, descubrieron otras islas, como Cuba y La Española, antes de regresar a España, donde llegaron el 15 de marzo de 1493.
Colón volvió a zarpar hacia el Nuevo Mundo el 25 de septiembre de 1493. En ese segundo viaje descubrió las islas de Puerto Rico y Jamaica. A finales de 1494, descubrió Sudamérica, al arribar a la zona de la actual ciudad venezolana de Cumaná. Con la segunda expedición colombina comenzó el poblamiento de la isla de La Española. El 11 de junio de 1496, regresó a Cádiz.
LOS DOS ÚLTIMOS VIAJES
En 1498, dio comienzo el tercer viaje colombino: descubrió la isla de Trinidad y la costa de la península de Paria (en la actual Venezuela). Dos años después, los Reyes Católicos enviaron a Francisco de Bobadilla para sustituirle como virrey y gobernador (pensaban que se estaba aprovechando de sus cargos para beneficio propio). En octubre de 1500, regresó a España encadenado (al igual que sus hermanos Diego y Bartolomé Colón, que eran sus principales colaboradores).
Finalmente, los Reyes Católicos liberaron a Colón (aunque no le devolvieron sus cargos) y le encomendaron un cuarto viaje, que comenzó en mayo de 1502. Atravesó el mar Caribe hasta el cabo Honduras y recorrió la costa de Panamá. Colón regresó enfermo a España en noviembre de 1504. Falleció el 20 de mayo de 1506, en Valladolid.
Colón descubre América- 12 -
El 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón y su tripulación desembarcaron en Guanahaní, una isla del archipiélago de las Bahamas a la que bautizaron como San Salvador. Coltomó posesión de la nueva tierra en nombre de los Reyes Católicos. -
El rey español Felipe V creó el virreinato de Nueva Granada por Real Cédula de 27 de mayo de 1717, para sacarle mayor provecho a la agricultura y a la gran riqueza minera y para dar mayor autoridad al virrey a la hora de combatir con el contrabando y acabar con los abusos de los funcionarios de la audiencia y de los gobernadores. El fundador del virreinato de Nueva Granada (aunque no el primer virrey, pues sólo había sido designado para establecerlo)
Antonio
A Inicio de la rebelión de los comuneros en Nueva Granada
La causa de estas insurrecciones populares surgidas desde el interior de la sociedad colonial hispanoamericana contra sus autoridades estuvo en un principio en el descontento de la población por la imposición de fuertes impuestos, especialmente el denominado “gracioso donativo”. Con este tributo las autoridades coloniales intentaban reunir fondos para la defensa de la ciudad de Cartagena de Indias (en la actualidad, en Colombia) frente a los ataques de los ingleses. Cuatro capitanes del común, elegidos entre los comerciantes de la ciudad, se colocaron a la cabeza de los comuneros de Socorro y con sus fuertes enfrentamientos consiguieron que el virrey aceptara sus condiciones. Tras ser aprobadas y promulgadas las propuestas de los sublevados, y conseguida la disolución de los ejércitos comuneros, aquéllas fueron anuladas y los capitanes perseguidos, siendo condenado a muerte, en 1782, el más importante de ellos: José Antonio Galán.
1803-1810
fue Antonio de la Pedrosa y Guerrero, quien fijó la sede en Santafé de Bogotá. Virreinato de Nueva Granada, entidad político-administrativa establecida por España en 1717, durante su dominio colonial sobre la mayoría del continente americano, cuya jurisdicción abarcaba el Nuevo Reino de Granada, descubierto por Gonzalo Jiménez de Quesada en 1538, las provincias de Santafé, Cartagena, Santa Marta, Maracaibo, Caracas, Antioquia, Guayana y Popayán, así como las audiencias de Quito y Panamá (ésta fue incluida años más tarde) —extensión aproximada de las actuales repúblicas de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá—, y cuya existencia dio a su fin en 1819, tras la
los límites con el virreinato del Perú. 15
GRANADA, Nuevo Reyno de) en la América Meridional, confina por el Oriente hasta el Mediodía con los dilatados Llanos de S. Juan, al Occidente por unas montañas y bosques espesísimos y de mucha longitud, y al Septentrión con otras asperísimas montañas que llegan hasta las Costas del mar: tiene 80 leguas de largo N S, y pocas menos de ancho E O: llamóse en tiempo de los Indios Cundinamarca: lo descubrió y conquistó Gonzalo Jiménez de Quesada, que le puso el nombre en memoria del Reyno que le tiene en Andalucía de donde era natural: contiene las Provincias de Independencia de esos territorios respecto de la soberanía española. Su extensión cubrió unos 3.000.000 de k m2, desde el confín de la capitanía general de Guatemala hasta que están divididas para el mejor Gobierno en 51 Corregimientos en que hay 301 Pueblos, y en ellos 18359 Indios, y en cinco Gobiernos Militares, que son Panamá, Portobelo, Cartagena, Santa Marta y Maracaibo, aunque los dos primeros son del Reyno de Tierra-Firme, y siete Políticos, Antioquia, Chocó, Mariquita, Giron, Neiba, Llanos de S. Juan y Veragua, que tambien corresponde al Reyno dicho, antes era también de su jurisdicción la Comandancia general de la Goayana, y el Gobierno de Caracas. Goza este Reyno de diferentes climas en 16-
su extensión, porque hay en él páramos inhabitables por el rigor del frio en que se crían con abundancia ciervos, osos, conejos, dantas y gatos monteses: llanos templados de tierra fértil para toda especie de semillas y frutos, y otros para dehesas de ganados con tanta abundancia que á veces ha servido de embarazo su muchedumbre: los bosques son muchos y deleytosos por la variedad de árboles y de aves, entre las quales son muy celebradas por su canto el toche de color gualdo y negro, el siote negro todo con visos de oro en las plumas, el azulejo de color celeste, y el balagui amarillo y negro, los quales aventajan al gilguero, al ruyseñor y al canario en la dulzura de la voz: gozan del clima frio Santa Fe, Tunja, Pamplona y Mérida, y del cálido Cartagena, Santa Marta, Antioquia, Muzo, Mariquita, Neiba, y S. Juan de los Llanos, Bogotá - Velez - Pamplona - La Grita - Mérida -Muzo –Ebaté- Panches - Neiba - Marquetones - Sutagaos -Ubaqué - Tenza - Lengupa - Sogamoso: - Chita
donde casi todo el año es igual en el calor al modo del Verano en España, y lo mismo el frio en las otras, aunque menos rigoroso porque no se conocen aquí las quatro estaciones, y solo llaman Verano quando no llueve, aunque hiele y haga frio, y Invierno siempre que sobrevienen las lluvias, y en estas no hay certidumbre ni seguridad, aunque por lo comun suelen empezar en Octubre y Febrero, y siendo estas mudanzas tan contrarias al órden que guarda la naturaleza en otras partes, y estando el Nuevo Reyno tan debaxo de la linea, le bañan ayres muy saludables, y le hacen uno de los paises mas sanos: es riquísimo de minas, y las de oro que se cria en muchas partes exceden á las descubiertas en el resto de la América, y en las Ciudades de Antioquia, Zaragoza, Cáceres, Remedios, Anserma y Rio del Oro, no corre moneda de otro metal, y lo mismo sucede en la de Guamoco, como en las celebradas betas de Pamplona, y de San Juan de los Llanos. Hay tambien plata tan fina que se estima por la mejor de Indias, y las minas de Marquetones, montuosas, alta y baxa en la Provincia de Pamplona son tan ricas, que á no ser por la escasez de naturales que hay para labrarlas excedieran á la del cerro del Potosí tan famoso, pues dan ordinariamente á dos marcos de plata por quintal, y á veces ocho; el cobre y el plomo son metales de que allí no hacen aprecio, aunque hay mucho en varias partes, pero no lo trabajan; las esmeraldas exceden á las de Oriente con muchas ventajas, y por ellas se ha hecho célebre la Provincia de Muzo donde se crían las mejores, porque las de Somondoco en la de Tenza aunque muy buenas no les igualan en lo finas, y lo mas singular de sus minas es criarse tambien en ellas pantauras de varios colores con granos de oro en lo interior: en los minerales de Antioquia y Guamoco hay diamantes entre las puntas de oro aunque pequeños, jacintos, piedras de cruz de singular virtud para calenturas y rehumas, granates finos que la abundancia hace estimar poco: el rio del Hacha ha merecido siempre particular memoria por sus celebradas perlas, y Timaná por los amatistas y pantauras, del mismo modo que han acreditado á Pamplona, Sussa y Anserma las turquesas, girasoles, gallinazas y mapulas. Los montes de este Reyno son depósito de fieras y animales bravos, principalmente en las tierras cálidas tigres de notable fiereza, leones aunque pequeños, chunzos, erizos, zaynos, faras, ardittas que son como los hurones voraces, y de la misma calidad las comadrejas, coyas, escorpiones, vívoras, culebras de muchas diferencias y tamaños, entre las quales es mas temida la taya por su braveza y agilidad, es de color pardo y de listas algo mas obscuras, y se diferencia de las demas en que todas huyen del hombre quando las sigue, y esta solo le acomete sin ser perseguida: en las aguas de algunos rios como el de la Magdalena y el de Fusagasugá hay caimanes de 14 y 16 pies de largo semejantes á los cocodrilos, y tambien se hallan en ellos como en otros rios, y en las cienegas y lagunas, lobos marinos, nutrias rayas y culebras tan grandes, que en la Provincia de San Juan de los Llanos asegura el Sr. Piedrahita que se tragan á un hombre: riegan este país muchísimos rios, y algunos de ellos muy caudalosos, como á la Provincia de Cartagena el grande la Magdalena que es el mayor, á la de Bogotá el Eunzha que ha mudado el nombre llamándose como ella, á la de Tinija el Sogamoso, á la de Tensa el Garagoa, y todos tres nacen de los páramos y cordillera de Gachaneque, enfrente de Turmeque, distantes entre sí poco mas de una legua, por ser la gente mas alta de todo el Reyno: á la Provincia de Velez el Sarabitá que hoy se llama de Suárez, á la de Pamplona el rio del oro, y el de Sulia muy caudaloso, que desagua en la laguna de Maracaibo: á los Marquetones el Guali y el Guarinó, á la de Neiba el referido de la Magdalena, los de Cuello, la Sabandija, Cabrera y otros, á los Sutagaos el Fusagasugá, á los Panches el rio Negro y el Bogotá, y á la Provincia de Ubaque otro rio Negro distinto del anterior, sin otros infinitos menores, en todos los quales abunda el pescado de excelente calidad, y sobre todo el bagre que en algunas partes llaman chimbe, y por lo general capitán, y en el del rio Bogotá ha observado la curiosidad una cosa singular, y es que divididos los huesos de la cabeza representa cada uno una de las insignias de la Pasión de Cristo, de modo que se ven con perfección la lanza, la cruz, los clavos &c. No es menos rico este país de exquisitas maderas que merecen particular estimación, como cedros, nogales, biomatas, évanos, granadillos, la -celebrada madera de Muzobeteada de colorado y negro, la de Guayana de pardo y negro, el taray apetecido para hacer vasos, el brasil para tintes, el sasafrás para medicinas, la grana que se cria en Sogamoso, el cacao en Mérida, Maracaibo, Caracas y Santa Marta, el bálsamo rubio, el de Tolú, de Maria, el menjui, incienso, estoraquo y la baynilla. De flores y frutas apenas hay alguna que no se conozca en este Reyno, que como goza de una continuada Primavera siempre se ven los árboles verdes y floridos, pues no embaraza la flor á la madurez del fruto, y entre estos merece hacer mencion de una especie de palma que hay en las Provincias de Muzos y de los Marquetones tan alta que parece imposible coger la fruta de sus copas, y solo sirve de pasto á las aves que dexan caer á tierra el hueso que es noguerado y áspero, y quebrándole contiene un almendron que se estima mucho por su delicado gusto; y si hubiéramos de referir por menor las particularidades de este país seria necesario exceder los límites de un artículo, y hacer una historia dilatada, por lo qual nos remitimos á lo que han escrito el Ilustrísimo Don Lucas de Piedrahita, Obispo de Santa Marta y Panamá, Fr. Antonio Zamora, Don Francisco Antonio Moreno, Fiscal de la Audiencia de Santa Fe, Don Basilio de Oviedo, el Cronista Antonio de Herrera, y otros varios Historiadores. Quando entraron los Españoles se gobernaba por dos Príncipes electivos en Bogotá y Tunja, el primero de los quales se llamaba Zipa, que dominaban otros varios Regulos, y estaba tan poblado de Indios que los Conquistadores los llamaron moscas para significar la multitud; pero hoy se han extinguido de modo que la falta de manos hace que no sea uno de los Reynos mas opulentos del mundo, atendida su riqueza, fertilidad, clima, producciones y demas qualidades: se gobierna por un Virrey establecido el año de 1718, que se extinguió luego, y volvió á restablecerse el de 1739, habiéndolo estado desde su conquista por un Presidente.
Madrid: Imprenta de Benito Cano, 1786-1789.
José Antonio Galán (1740-1782), político y caudillo colombiano, líder del movimiento comunero. Mestizo, nacido en la aldea de Charalá (actual departamento de Santander), cuando estalló la revolución de los comuneros en 1781 (insurrección popular contra las tasas excesivas, impuestas en la Nueva Granada por el regente Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres para sufragar los gastos de la guerra que España sostenía con Gran Bretaña), Juan Francisco Berbeo lo nombró capitán. Luchó y venció en varias poblaciones: Las Cuevas, El Roble, Guaduas, Mariquita, Honda, La Mesa y Purificación. Firmadas las capitulaciones, se negó a aceptarlas y continuó la lucha. Fue capturado y condenado junto con sus compañeros Ignacio Parada, José Velandía, Miguel Fulgencio de Vargas, Guillermo Pedraza y Baltazar de los Reyes. Su sentencia a muerte se ejecutó el 1 de febrero de 1782.
El castillo de San Felipe de Barajas está situado en la – 19 península desde la que se divisa la actual ciudad colombiana de Cartagena. Esta fortaleza fue construida en el siglo XVII, antes de la creación del virreinato de Nueva Granada.
Comuneros (Sudamérica), movimientos populares surgidos desde el interior de la sociedad colonial hispanoamericana contra sus autoridades, y que fueron llevados a cabo en los territorios de los actuales estados de Colombia y Paraguay durante el siglo XVIII.
En Paraguay tuvieron su desarrollo entre 1717 y 1735 e, ideológicamente, se basaban en la adopción de las teorías de teólogos españoles como Francisco de Vitoria, que mantenían la supremacía de la voluntad popular, del común, a través de los cabildos, frente a la voluntad del rey. El apoyo del monarca a los privilegios de las misiones jesuíticas, en detrimento de los intereses de los miembros de la sociedad colonial de Paraguay, dio origen a varios levantamientos armados de estos grupos que se sentían marginados, y que acabaron con su derrota y la condena a muerte de sus cabecillas, entre los que destacaron de forma especial José de Antequera y Castro y Fernando de Mompox.
En el virreinato de Nueva Granada, la causa de las insurrecciones estuvo en el descontento de la población por la imposición de fuertes impuestos, especialmente el denominado “gracioso donativo”. Con este tributo las autoridades coloniales intentaban reunir fondos para la defensa de la ciudad de Cartagena de Indias (en la actualidad, en Colombia) frente a los ataques de los ingleses, que se mantenían en guerra con España desde 1779. Cuatro capitanes del común, elegidos entre los comerciantes de la ciudad, se colocaron a la cabeza de los comuneros de Socorro y con sus fuertes enfrentamientos consiguieron que el virrey aceptara sus condiciones. Tras ser aprobadas y promulgadas las propuestas de los sublevados, y conseguida la disolución de los ejércitos comuneros, aquéllas fueron anuladas y los capitanes perseguidos, siendo condenado a muerte, en 1782, el más importante : José Antonio Galán.
Aunque el detonante principal de la revuelta estuviera en el rechazo de los nuevos impuestos, las pretensiones de este levantamiento popular no se referían sólo a la modificación de unas imposiciones concretas. En realidad,
se buscaba una reforma mucho más amplia de la administración colonial que potenciara el poder comunal de los cabildos, que habían ido perdiendo independencia; sin embargo, estas aspiraciones no llegaron a concretarse en ningún momento al ser encabezados estos movimientos en muchos casos por miembros de las elites económicas, que se mostraban contrarias a los cambios profundos y sólo deseaban proteger unos privilegios específicos.
Constitución colombiana de 1886 - 20
Se proclama una nueva Constitución de carácter centralista, que establece el nombre actual del país, República de Colombia. La nueva Constitución abolió la soberanía de los estados creada por la Constitución de 1863 y estableció la estructura del país que rigió hasta 1991.
Rafael Núñez (1825-1894),
Presidente de la República (1880-1882; 1884-1888).
Nació en Cartagena de Indias. Interesado desde su juventud por la actividad pública, ocupó algunos cargos menores hasta llegar a gobernador de Bolívar (1854). Elegido diputado por el Partido Liberal fue presidente de Panamá y Bolívar durante la vigencia de la constitución federalista de 1863. Ocupó la cartera de Hacienda en varios gobiernos y fue nombrado cónsul en Europa. Candidato a las elecciones de 1876 fue derrotado por Aquileo Parra. Fue elegido presidente para los periodos 1880-1882 y 1884-1886. Durante su segundo mandato, Núñez produjo una escisión en el Partido Liberal y fundó el Partido Nacional, de carácter conservador, lo que provocó la insurrección de los liberales (1885), que fueron derrotados. Núñez propuso entonces la abolición de la Constitución federalista de Rionegro (1863) y la aprobación de una nueva Constitución, centralista (1886), que fijaba en seis años el periodo presidencial. En su tercer mandato presidencial (1886-1892), quien ejerció en realidad el poder ejecutivo fue Carlos Holguín. En 1892 fue elegido por cuarta vez, pero delegó el poder en el vicepresidente Miguel Antonio Caro. Falleció en 1894 en su ciudad natal.
Virreinato de Nueva Granada
1 Antonio de la Pedrosa y Guerrero 1717-1719
2 Jorge de Villalonga** 1719
3 Sebastián de Eslava 1739
4 José Alonso Pizarro 1749
5 José Solís y Folch de Cardona 1753
6 Pedro Messía de la Cerda 1761- 1772
7 Manuel de Guirior 1772- 1772 - 1776
8 Manuel Antonio Flórez y Angulo 1776-1782
9 Juan de Torrezar Díaz Pimienta 1.782
10 Antonio Caballero y Góngora 1782-1789
11 Francisco Gil de Taboada y Lemos 1789
12 José de Ezpeleta 1789-1797
13 Pedro Mendinueta 1797
14 Antonio Amar y Borbón 1803
15
16
17 Antonio Nariño
Camilo Torres
Manuel Bernardo Álvarez
1811-1812
1812-1813
1813-1814
18 Triunvirato 1814-1815
19 Antonio de Villavicencio 1815
20 Manuel Rodríguez Torices 1815
21 José Miguel Pey 1815
22 Camilo Torres 1815-1816
23 José Fernández Madrid 1816
24 Custodio García 1816
25 Liborio Mejía 1816
26 Simón Bolívar 1819-1830
27 Francisco de Paula Santander1 1819-1826
28 Domingo Caicedo 1830
29 Joaquín Mosquera 1830
30 Rafael Urdaneta 1830-1831
31 Domingo Caicedo 1831
32
1 Pedro Nel Ospina 1922-1926
2 Miguel Abadía Méndez 1926-1930 Enrique
3 Olaya Herrera 1930-1934
4 Alfonso López Pumarejo 1934-1938
5 Eduardo Santos 1938-1942
6 Alfonso López Pumarejo 1942-1945
7 Alberto Lleras Camargo 1945-1946
8 Mariano Ospina Pérez 1946-1950
9 Laureano Gómez 1950-1951
10 Roberto Urdaneta Arbeláez 1951-1953
11 Gustavo Rojas Pinilla 1953-1957
12 Junta Militar 1957-1958
13 Alberto Lleras Camargo 1958-1962
14 Guillermo León Valencia 1962-1966
15 Carlos Lleras Restrepo 1966-1970
16 Misael Pastrana Borrero 1970-1974
17 Alfonso López Michelsen 1974-1978
18 Julio César Turbay Ayala 1978-1982
19 Belisario Betancur 1982-1986
20 Virgilio Barco 1986-1990
21 César Gaviria 1990-1994
22 Ernesto Samper 1994-1998
23 Andrés Pastrana 1998-2002
24 Álvaro Uribe 2002- 2006
Inicio de la rebelión de los comuneros en Nueva Granada
La causa de estas insurrecciones populares surgidas desde el interior de la sociedad colonial hispanoamericana contra sus autoridades estuvo en un principio en el descontento de la población por la imposición de fuertes impuestos, especialmente el denominado “gracioso donativo”. Con este tributo las autoridades coloniales intentaban reunir fondos para la defensa de la ciudad de Cartagena de Indias (en la actualidad, en Colombia) frente a los ataques de los ingleses. Cuatro capitanes del común, elegidos entre los comerciantes de la ciudad, se colocaron a la cabeza de los comuneros de Socorro y con sus fuertes enfrentamientos consiguieron que el virrey aceptara sus condiciones. Tras ser aprobadas y promulgadas las propuestas de los sublevados, y conseguida la disolución de los ejércitos comuneros, aquéllas fueron anuladas y los capitanes perseguidos, siendo condenado a muerte, en 1782, el más importante de ellos: José Antonio Galán.
El Libertador Simón Bolívar
La Constitución de la República de la Gran Colombia se aprobó en 1821. El primer presidente constitucional fue Simón Bolívar, cuyo pensamiento inspiró dicha ley magna. Bolívar nació en 1783 y desde 1807 conspiró contra el régimen colonial español. El 6 de agosto de 1813 entró triunfante en Caracas, donde se le proclamó capitán general de los Ejércitos de Venezuela. Elegido presidente venezolano, venció el 24 de junio de 1821 en la batalla de Carabobo y en 1824 volvió a derrotar a los españoles en Junín y fue designado dictador de Perú, renunciando a la jefatura de ese Estado años después. Falleció el 17 de diciembre de 1830 en las cercanías de la ciudad colombiana de Santa Marta.
Francisco de Paula Santander
La primera Constitución de la República de Nueva Granada fue aprobada en 1832 y Francisco de Paula Santander asumió la presidencia hasta 1837. Nacido en 1792, Santander se había sumado desde 1810 a las tropas que luchaban contra el dominio colonial español. Falleció en 1840.
Tomás Cipriano Mosquera
Las constituciones de 1853 y 1858 sirvieron de base para la que en 1863 estableció los Estados Unidos de Colombia. Tomás Cipriano Mosquera presidió la República de Nueva Granada (1845-1849), la Confederación Granadina (1861-1863) y los Estados Unidos de Colombia (1863-1864; 1866-1867), nombres que definieron al Estado colombiano desde la desintegración de la República de la Gran Colombia en 1830 hasta que recibió su definitivo nombre de República de Colombia en 1886.
Ijcas o Arhuacos.
Grupo indígena colombiano que habita en la parte meridional de la sierra Nevada de Santa Marta. Su nombre es ijca o ika, pero se les conoce comúnmente como arhuacos.
Habitan en un territorio de aproximadamente 195.000 ha y sus viviendas son de tipo rectangular, cuadrado y circular. Cultivan la tierra, especialmente café y coca, que consumen masticada para resistir el trabajo pesado. Los colonos y cultivadores de coca los han desplazado de sus tierras tradicionales. Se organizan en parcialidades (20) con una ciudad sagrada central llamada Nabusímake. El templo ceremonial es el Kankurua y su autoridad tradicional es el ‘Mamo’ y el Cabildo.
La presencia de una misión capuchina desde principios del siglo XX hasta la década de 1980, influyó para que se perdiera el uso de la lengua en una parte importante de la población. En los últimos años se hacen esfuerzos para recuperar la lengua y la cultura de esta etnia a través de programas de etnoeducación. Su población se estima en 8.700 personas.
Chocó (antropología).
Familia lingüística americana a la que pertenecen dos grupos indígenas colombiano y panameño que habitan en la región occidental colombiana, departamento de Chocó, en Ecuador y en el istmo del Darién en Panamá: los emberá y los waunana o wounaan.
Se dedican a la agricultura itinerante en los territorios de la selva húmeda tropical. Cultivan el maíz, la yuca y el plátano, y complementan su dieta con la caza y la pesca. Su cerámica tradicional casi ha desaparecido, pero se mantiene la talla en madera. Reconocen las líneas materna y paterna de parentesco.
Viven en tambos, viviendas circulares levantadas sobre pilotes. Sus figuras líderes son el ‘jaibaná’ para los emberá y el ‘benhuna’ para los waunana, que son ante todo chamanes, ‘hombres-medicina’, aunque en el pasado podían hacer el mal. Los emberá llaman Tatzitzetze al Creador del Universo, pero su dios principal es Karagabí, su hijo. Su ámbito sobrenatural se divide en cuatro mundos adelante y cuatro atrás.
La acción colonizadora de los campesinos y las misiones católicas han influido de forma especial sobre estas comunidades, muchas de las cuales se han integrado a la vida rural y urbana de las ciudades cercanas, como Medellín y Pereira. En los últimos años se ha dado un proceso de organización regional que ha favorecido a esta población, especialmente en asuntos relacionados con educación y rescate de la lengua tradicional.
Los emberá son muy activos en la política indigenista de Colombia y Panamá. Fue en este último país donde se promulgó una de las primeras Constituciones por las que se autorregulan los pueblos amerindios: la Carta Orgánica del Pueblo Emberá y Wounaan (Lajas Blancas, 1993). En el lado colombiano, uno de los padres de la Constitución de 1991 fue el abogado emberá Francisco Rojas Birry. Ascienden a 60.000 personas en Colombia y 15.000 en Panamá.
Educación indígena en América Latina,
Educación impartida a las comunidades indígenas de América Latina.
En el virreinato de Nueva España fue notable la obra educativa de los franciscanos, la legislación española en apoyo de la misma y la campaña de fray Bartolomé de Las Casas en favor de los indios. Quizá quien mejor comprendió la orientación práctica de la enseñanza fue Vasco de Quiroga (1470?-1565), al organizar en Michoacán las “escuelas hospitales”, antecedente de la educación rural en México. Posteriormente, la demostrada capacidad de los niños indígenas para el aprendizaje originó la creación en 1536 del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco y más tarde, en 1553, la inauguración de la Universidad.
En la época independiente se descuidó la educación de los indígenas por la carencia de comunicaciones y los exiguos recursos económicos de los diversos gobiernos. Lo mismo aconteció desde la Reforma hasta 1910. Al triunfar la Revolución Mexicana, se crearon escuelas rurales, independientes de las escuelas primarias, para promover la instrucción elemental entre los indígenas. José Vasconcelos, ministro de Educación Pública (1921-1924), organizó la educación popular, promovió el establecimiento de las escuelas agrícolas y fomentó la educación rural. Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, se impulsó la educación rural, con la creación del Departamento de Asuntos Indígenas.
Entre 1940 y 1969 se llevó a cabo en México una vigorosa campaña nacional contra el analfabetismo, se intensificó la construcción de escuelas rurales y la edificación de casas para el estudiante indígena, así como la edición de libros de texto bilingües y gratuitos. En la actualidad hay en México más de 5 millones de personas que hablan alguna de las 92 lenguas o variedades dialectales utilizadas por 56 grupos étnicos diferentes. Esta diversidad cultural ha llevado al gobierno a prestar servicios educativos a las poblaciones indígenas: producción y distribución de material didáctico, ejecución de programas específicos de capacitación y de educación comunitaria, y desarrollo de proyectos educativos compensatorios. Durante el periodo 1970-1994 se construyeron 21.400 centros de alfabetización, 1.163 teleaulas y se fundaron más de 100 escuelas de circuito cerrado para los niños que vivían en comunidades de menos de un centenar de habitantes. Igualmente se crearon 716 centros agropecuarios y 54 centros coordinadores indigenistas.
En otros países latinoamericanos, donde la población indígena representa a un importante sector de la sociedad, la educación oficial de los grupos étnicos minoritarios se lleva a cabo en la lengua materna de las comunidades indígenas. En Perú, el Estado fomenta la educación bilingüe e intercultural con el fin de mantener y respetar los valores culturales autóctonos. Además de la asignatura “Lenguaje en lengua materna”, se enseña el castellano como segunda lengua para promover el aprendizaje de nuevos elementos culturales. La “etno-matemática” implica el aprendizaje de la numeración, las formas y transformaciones geométricas o los sistemas de medidas propios de cada comunidad. La “yupana”, por ejemplo, es una tabla de cálculo empleada por los contables del Imperio inca, que se ha empezado a utilizar como material de apoyo para la enseñanza de esta asignatura.
En Colombia, país donde existen aproximadamente 600.000 indígenas, la educación se enmarca dentro de las propias comunidades étnico-lingüísticas que, a través de sus organizaciones indígenas y en coordinación con entes institucionales, han propuesto y promovido el reconocimiento de una educación oficial que se enmarque dentro de los límites de una cultura propia y una nacional, y que responda a los intereses, necesidades y aspiraciones de cada grupo étnico. El programa de etno-educación está orientado a prestar asesoría y apoyo financiero a las comunidades indígenas para que elaboren sus propios currículos de acuerdo a sus necesidades socioculturales y a promover la investigación en campos como la antropología, la lingüística y la pedagogía. En la actualidad existen en Colombia más de 1.800 centros de etno-educación repartidos en 26 departamentos de este país.
En Bolivia, se lleva a cabo una política de educación bilingüe dirigida a todos los estudiantes del país, pero en especial a los miembros de los pueblos originarios, con el fin de lograr un mejor aprendizaje de la lengua materna y fortalecer su identidad. La educación bilingüe constituye la modalidad principal en enseñanza primaria y se recomienda para la educación secundaria. Se pretende que la alfabetización y la enseñanza primaria esté a cargo de profesores que pertenezcan a los pueblos originarios, que sean bilingües y, en lo posible, oriundos de las mismas comunidades con el fin de respetar y mantener los valores de la cultura autóctona. Destaca el programa del ILCA, cuyo objetivo es la promoción de la cultura y la lengua aymara, y del aprendizaje de su lectura y escritura en la propia Nación Aymara.
En Venezuela, país que cuenta con una población indígena de más de 300.000 personas, se implantó el régimen de educación intercultural bilingüe con el fin de prestar atención especial en materia educativa a la población indígena y preservar los valores socioculturales de sus comunidades. Todo ello ha permitido que la cobertura escolar de las zonas indígenas se haya extendido de forma progresiva. Se pretende que sean las mismas comunidades las que propongan a sus maestros, debido a las características tan heterogéneas que presentan las distintas etnias (un total de 29) desde el punto de vista lingüístico y cultural.
Indígenas quechuas de los Andes
Los quechuas viven hoy en numerosos poblados de la cordillera de los Andes. Sus ancestros constituyeron la clase gobernante del antiguo Imperio incaico, que ejerció su autoridad en el siglo XV. Hoy, las leyes de educación de los países de América Latina que presentan una población indígena destacada, fomentan el rescate, la revalorización y el desarrollo de las lenguas y culturas autóctonas para evitar su deterioro y desaparición.
Educación indígena en América Latina, educación impartida a las comunidades indígenas de América Latina.
En el virreinato de Nueva España fue notable la obra educativa de los franciscanos, la legislación española en apoyo de la misma y la campaña de fray Bartolomé de Las Casas en favor de los indios. Quizá quien mejor comprendió la orientación práctica de la enseñanza fue Vasco de Quiroga (1470?-1565), al organizar en Michoacán las “escuelas hospitales”, antecedente de la educación rural en México. Posteriormente, la demostrada capacidad de los niños indígenas para el aprendizaje originó la creación en 1536 del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco y más tarde, en 1553, la inauguración de la Universidad.
En la época independiente se descuidó la educación de los indígenas por la carencia de comunicaciones y los exiguos recursos económicos de los diversos gobiernos. Lo mismo aconteció desde la Reforma hasta 1910. Al triunfar la Revolución Mexicana, se crearon escuelas rurales, independientes de las escuelas primarias, para promover la instrucción elemental entre los indígenas. José Vasconcelos, ministro de Educación Pública (1921-1924), organizó la educación popular, promovió el establecimiento de las escuelas agrícolas y fomentó la educación rural. Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, se impulsó la educación rural, con la creación del Departamento de Asuntos Indígenas.
Entre 1940 y 1969 se llevó a cabo en México una vigorosa campaña nacional contra el analfabetismo, se intensificó la construcción de escuelas rurales y la edificación de casas para el estudiante indígena, así como la edición de libros de texto bilingües y gratuitos. En la actualidad hay en México más de 5 millones de personas que hablan alguna de las 92 lenguas o variedades dialectales utilizadas por 56 grupos étnicos diferentes. Esta diversidad cultural ha llevado al gobierno a prestar servicios educativos a las poblaciones indígenas: producción y distribución de material didáctico, ejecución de programas específicos de capacitación y de educación comunitaria, y desarrollo de proyectos educativos compensatorios. Durante el periodo 1970-1994 se construyeron 21.400 centros de alfabetización, 1.163 teleaulas y se fundaron más de 100 escuelas de circuito cerrado para los niños que vivían en comunidades de menos de un centenar de habitantes. Igualmente se crearon 716 centros agropecuarios y 54 centros coordinadores indigenistas.
En otros países latinoamericanos, donde la población indígena representa a un importante sector de la sociedad, la educación oficial de los grupos étnicos minoritarios se lleva a cabo en la lengua materna de las comunidades indígenas. En Perú, el Estado fomenta la educación bilingüe e intercultural con el fin de mantener y respetar los valores culturales autóctonos. Además de la asignatura “Lenguaje en lengua materna”, se enseña el castellano como segunda lengua para promover el aprendizaje de nuevos elementos culturales. La “etno-matemática” implica el aprendizaje de la numeración, las formas y transformaciones geométricas o los sistemas de medidas propios de cada comunidad. La “yupana”, por ejemplo, es una tabla de cálculo empleada por los contables del Imperio inca, que se ha empezado a utilizar como material de apoyo para la enseñanza de esta asignatura.
Fragmento de Arte y arquitectura en la América precolonial.
De George Kubler.
La otra gran cuestión en los debates antropológicos recientes es la difusión de la cultura del Viejo Mundo al Nuevo. Existen dos corrientes de pensamiento: los difusionistas, que excluyen la posibilidad de la creación independiente: y los americanistas, que defienden la tesis de un origen independiente para las civilizaciones del Nuevo Mundo. El difusionismo ha tenido defensores desde el siglo XVI, cuando se pensó que los orígenes raciales de los pueblos amerindios se remontaban a las tribus perdidas de lsrael.
La tesis del origen independiente se estableció poco después de 1840, por parte de F. Kugler en Alemania y J. L. Stephens en Estados Unidos. Los dos, cada uno por su lado, destruyeron los argumentos en favor del origen europeo del arte amerindio, al demostrar el carácter autónomo de las principales tradiciones artísticas, y al afirmar que los parecidos con el arte de otras regiones del mundo, como India o Egipto, podían explicarse como convergencias, más que como préstamos de las fuentes del Viejo Mundo a los americanos.
En nuestro siglo, el tema se abandonó durante una generación, más o menos de 1925 a 1950, cuando la tesis del origen independiente de las civilizaciones del Nuevo Mundo era la opinión ortodoxa entre los arqueólogos norteamericanos, bajo la dirección de A. V. Kidder en la Carnegie Institución de Washington. Su hipótesis era que América recibió a sus primeros pobladores, procedentes del noreste de Asia, hacia el final de la última glaciación, y que después se cortó la inmigración por cambios fisiográficos en el Estrecho de Bering. Se creía que todas las civilizaciones amerindias se desarrollaron independientemente a partir de esta base paleolítica, sin posteriores influencias del Viejo Mundo. El objetivo era probar que la especie humana, aislada en un entorno favorable al comienzo de su historia, había desarrollado espontáneamente culturas paralelas a las de otras razas humanas, sin deberles ninguna influencia histórica posterior a la base paleolítica original de conocimiento.
Los defensores de la creación independiente nunca han negado la aparición de migraciones intermitentes a pequeña escala desde Asia o Europa, como las de los marinos escandinavos a partir del año 1000 a las costas de Massachussets y Rhode Island. Pero han considerado estos episodios, con razón, como insignificantes en el gran marco de la evolución indígena. Más importante es la ausencia de rasgos importantes del Viejo Mundo en el repertorio tecnológico de los pueblos americanos: rasgos como los caballos o los vehículos de ruedas. Los difusionistas no han ofrecido ninguna explicación de estas ausencias.
Este problema de los orígenes de las civilizaciones amerindias sigue siendo una de las grandes cuestiones abiertas de la historia del mundo. Las secuencias unidas de la historia del Viejo Mundo no ofrecen oportunidad de comprobar la tesis de las tradiciones culturales distintas que surgen de orígenes independientes. Sólo América presenta la posibilidad de defender la creación independiente. De modo que debemos sopesar cuidadosamente cualquier afirmación que pretenda resolver la cuestión. No podemos poner a prueba aquí las evidencias raciales y agrícolas, pero debemos estar listos para poner en duda las comparaciones visuales en las que los nuevos difusionistas han basado ciertos argumentos recientes.
Por ejemplo, Ekholm ha supuesto que floreció un centro de influencias asiáticas a partir del siglo VIII d. de C. en la frontera occidental de los pueblos mayas, que trajo a Mesoamérica rasgos importados del arte y la arquitectura del sureste de Asia. Sin embargo, casi para cada una de estas formas existe un origen posible en el Viejo Mundo. El arco trifoliado de la arquitectura maya no sólo aparece en Pakistán occidental alrededor del 400 d. de C., sino también en la arquitectura islámica y en el románica. El edificio en miniatura en el interior de un templo no sólo existe en Ajanta, India, sino también en la arquitectura helenística. Las formas del árbol sagrado o de la cruz tienen una significación evidente en el arte cristiano primitivo, además de tenerla en los ejemplos de Java o Camboya presentados por Ekholm. Las escenas cortesanas como las de Bonampak o las de Piedras Negras son corrientes en el arte bizantino. Las decoraciones de columnatas en las fachadas pertenecen al arte románico además de a los templos Khmer. Las galerías abovedadas son de Micenas además de Camboya. Las formas de serpiente, figuras de atlantes y estatuas fálicas no se limitan al sureste de Asia, sino que aparecen una y otra vez por todo el Mediterráneo antiguo. Las puertas enmarcadas por bocas monstruosas representan en el arte cristiano las puertas del infierno. La figura de Chacmool puede compararse a los dioses fluviales clásicos, y no sólo a las figuras de Brahma. En otras palabras, para casi todos los ejemplos mencionados en esta lista, también se puede proponer un equivalente en la Europa antigua. La tesis del origen asiático se diluye fácilmente hasta abarcar todo el Viejo Mundo, y el «centro» asiático pierde precisión.
Al mismo tiempo, estas formas pertenecen a tipos iconográficos americanos autónomos. La famosa comparación entre los rollos de bronce de las dinastías Shang o Chou y los rollos en las vasijas del valle de Ulúa, del 1000 d. de C., señalada por primera vez por C. Hentze y revivida una generación después por M. Covarrubias, es uno de estos casos. Los rollos chinos de bronce pertenecen a una serie iconográfica; los rollos del valle de Ulúa pertenecen a otra serie. Ambas series parten de fuentes distintas para converger en una semejanza casual que ha llevado a engaño a todos los estudiosos que no conocían las series tipológicas separadas que afectaban a cada término de la comparación. El argumento es como suponer una estrecha relación de sangre entre personas que se parecen, aunque con muchos siglos de diferencia, de razas diferentes y continentes distintos. El parecido es accidental, y no puede usarse para establecer una relación genética sin otras pruebas.
se recomienda para la educación secundaria. Se pretende que la alfabetización y la enseñanza primaria esté a cargo de profesores que pertenezcan a los pueblos originarios, que sean bilingües y, en lo posible, oriundos de las mismas comunidades con el fin de respetar y mantener los valores de la cultura autóctona. Destaca el programa del ILCA, cuyo objetivo es la promoción de la cultura y la lengua aymara, y del aprendizaje de su lectura y escritura en la propia Nación Aymara.
Tisquesusha o Tisquesusa (fallecido en 1537)
Jjefe indígena colombiano de origen chibcha (muisca), tercer zipa (jefe supremo de caciques) de uno de los cinco dominios en que se dividía el territorio chibcha en el momento de la conquista española. Las tierras del zipa comprendían, en 1537, año de la llegada del adelantado Gonzalo Jiménez de Quesada al centro de Colombia, los distritos de Bogotá, Fusagasugá, Facatativá, Chocontá y Zipaquirá. Tisquesusha había recibido el mando, como heredero legítimo de su tío Nemequeme, siguiendo la tradición chibcha, en la cual prevalecía la línea matrilineal para la sucesión de los jerarcas. El zipa había pactado, después de años de sangrientas batallas, una ventajosa tregua con su enemigo tradicional, el zaque, abonando el terreno para la llegada del conquistador. Falleció a causa de una flecha disparada por una ballesta a manos de Alonso Domínguez, caporal de ballesteros de Jiménez de Quesada, después de que el ejército español hubiera regresado de su infructuosa búsqueda de El Dorado por las tierras de Neiva, y se disponía a dominar al zipa.
Instituto Caro y Cuervo.
Institución cultural colombiana consagrada a la investigación científica y a la docencia en los campos de la lingüística, la filología, la literatura, las humanidades, la historia de la cultura y, muy especialmente, al estudio de la lengua española, del español de América y de las lenguas autóctonas americanas. Fundado en 1942 por iniciativa del Estado, su precedente había sido el Ateneo Nacional de Altos Estudios. Éste fue constituido dos años antes para completar el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, obra iniciada por Rufino José Cuervo, el cual, cuando falleció en 1911, sólo había culminado y publicado dos volúmenes de la misma. El Instituto recibió su nombre a partir de los respectivos apellidos de esta insigne figura de la cultura colombiana y de su compatriota, y también filólogo, Miguel Antonio Caro. Su sede principal está ubicada en la hacienda Yerbabuena, a 30 km de Santafé de Bogotá, mientras que sus oficinas, aulas y bibliotecas radican sus respectivas sedes en otros edificios más modernos.
El Instituto está integrado por nueve departamentos: Lexicografía, Lingüística General, Dialectología, Historia Cultural, Bibliografía, Biblioteca, Filología Clásica, Lingüística Indígena y Literatura Hispanoamericana. Posee, además, una de las más completas bibliotecas de Latinoamérica en obras referentes a los campos de la filología y la lingüística. El Seminario Andrés Bello, el Laboratorio de Fonética y las secciones de Imprenta y Publicaciones, también forman parte de este auténtico complejo cultural, así como su Museo Etnográfico, que muestra el modo de vida y las costumbres de las comunidades indígenas y campesinas colombianas. Además del ya mencionado Diccionario (finalizado en 1994 y que en sus 8 volúmenes recogía 9.500 voces), el Instituto Caro y Cuervo ha publicado más de 1.500 títulos que suponen todo un recorrido por la historia lingüística y etnográfica de Colombia. En 1999 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por su "extraordinaria labor dirigida al conocimiento, estudio y difusión del español, muy especialmente en sus variedades americanas", por "la extensión de sus fecundas investigaciones en los campos de la filología, la etnografía y las lenguas indígenas, cuya coexistencia con el español ha producido siempre un fecundo bilingüismo", y por su contribución a la "cohesión social y cultural" en Latinoamérica. En 2001 recibió el Premio Bartolomé de las Casas y en 2002 el Premio Elio Antonio de Lebrija.
Lenguas aborígenes de Hispanoamérica, lenguas que se hablaron o hablan en la América hispánica y que proceden de los pueblos precolombinos.
En Hispanoamérica se han hablado cientos de lenguas y dialectos aborígenes, pertenecientes a numerosas familias (troncos). Muchas ya han desaparecido, por los avatares de las conquistas y colonizaciones; otras han sobrevivido y están, en la actualidad, plenamente vigentes, como, por ejemplo, el náhuatl o azteca, el quiché, el quechua, el aimara, el guaraní y el mapuche. No son en absoluto lenguas “primitivas” —como se ha afirmado sin conocerlas en profundidad—, pues poseen estructuras que permiten a sus hablantes comunicarse expeditamente, al igual que cualquier ser humano del llamado “mundo civilizado”. Incluso, sus gramáticas son, en muchos casos, más elaboradas que las de distinguidas y difundidas lenguas indoeuropeas. En ellas se expresan, desde luego, las culturas que los aborígenes han creado y desarrollado desde hace milenios. No pocas permanecen todavía desconocidas, total o parcialmente, sobre todo las habladas por grupos tribales que habitan en las grandes selvas del continente.
Las lenguas aborígenes de Hispanoamérica han tenido un carácter predominantemente oral, pues sólo unos pocos pueblos (aztecas, mixtecos, mayas) habían logrado crear un sistema de escritura (básicamente pictográfica), el cual, a raíz de la conquista española y la consiguiente transculturación, cayó en desuso. Los misioneros católicos emplearon el alfabeto castellano al elaborar gramáticas (artes) y catecismos (el primero, en náhuatl, apareció en 1528), con el fin de facilitar la evangelización,. Tan sólo en época reciente se ha intentado oficializar alfabetos para algunas lenguas (por ejemplo, para el aimara, en 1954 y 1969; para el quechua, en 1975), pero, en la práctica, con poco éxito. Los lingüistas, por su parte, utilizan sus propios sistemas de transcripción.
La población aborigen de Hispanoamérica es de 30 millones según cálculos aproximados. En Guatemala y Bolivia supera el 50% de la población total. México, Ecuador y Perú cuentan con grupos importantes; en cambio, en Panamá, Venezuela y Colombia los grupos son pequeños, tribales. En Chile los mapuches son alrededor de medio millón. En Paraguay predomina la población mestiza, y los aborígenes son, comparativamente, pocos. El único país donde no hay indígenas es Uruguay.
En relación al número de lenguas habladas en cada país, hay variación. Entre los países más multilingües figuran México (alrededor de 50 lenguas, pertenecientes a 10 troncos, como el yuto-azteca, el maya, el otomanque, el mixe-zoque, entre otros; en el pasado se hablaron unas 100), Guatemala (21 lenguas del tronco maya; además se habla caribe y xinca), Colombia (aproximadamente 70 lenguas, de los troncos arahuaco, chibcha, tucano y quechua, principalmente), Perú (66 lenguas, de los troncos quechua, arahuaco, panotacana y otros) y Bolivia (35 lenguas, de los troncos jaqi, arahuaco, panotacana, tupí guaraní y otros). En Chile, por el contrario, se han hablado comparativamente pocas: como máximo, 10 amerindias.
Aunque las lenguas de Hispanoamérica tendrían un origen común, dado que los antepasados remotos de las poblaciones aborígenes podrían haber emigrado a través del estrecho de Bering desde Asia a este continente (según postula la prehistoria de América) actualmente, y como resultado de cambios ocurridos en ellas durante miles de años, son, en la mayoría de los casos, mutuamente ininteligibles. Ello se evidencia, desde ya, en palabras de su léxico fundamental, como por ejemplo, madre se dice nan-tli (en náhuatl clásico), mama (en quechua), sy (en guaraní) y ñuke (en mapuche).
En su estructuración fonológica (véase Fonología), las lenguas presentan una gran diversidad. Al respecto, si se compara, por ejemplo, el quechua, el mapuche y el guaraní, los dos primeros poseen un sistema vocálico sencillo, sólo con vocales orales (cinco y seis, respectivamente); el último posee, además de seis vocales orales, seis nasalizadas, o sea, doce en total. En lo que respecta al consonantismo, el quechua se caracteriza por la presencia de series de fonemas oclusivos aspirados y glotalizados (eyectivos), desconocidos en mapuche y guaraní. Cabe destacar igualmente que en Hispanoamérica existen lenguas tonales, como, por ejemplo, el mixteco, el zapoteco y el otomí de México.
En cuanto a su estructuración morfológica, se registra también variedad, aunque muchas lenguas son polisintéticas y aglutinantes. En términos sencillos: en ellas se suelen formar palabras complejas, largas, constituidas por la unión (aglutinación) de varios elementos (morfemas), con significado léxico (raíces) y gramatical (categorías de número, persona, tiempo, aspecto, y demás; la categoría de género es poco frecuente), las cuales equivalen a oraciones de lenguas indoeuropeas. En ello se asemejan más a las lenguas ugrofinesas (finés, húngaro) y altaicas (turco). Los morfemas que expresan categorías gramaticales pueden prefijarse o sufijarse a la raíz (o raíces). Los infijos son poco frecuentes.
He aquí algunos ejemplos de polisíntesis y aglutinación:
2 NÁHUATL HUASTECA
ni-k-on-ita-s: ‘yo lo veré allá’.
Los morfemas constituyentes de la palabra significan:
ni- : 1ª persona singular
-k- : a él, lo
-on- : allá
-ita- : raíz verbal ver
-s : futuro
El náhuatl huasteca es prefijador y sufijador.
3 QUECHUA
Interactividad
Quechua jamu-wa-rqa-nki-chu: ‘¿viniste por mí?’
Los morfemas constituyentes de la palabra significan:
jamu : raíz verbal venir
-Wa- : tú me, tú a mí
-rqa- : pasado simple
-nki- : 2ª persona singular
-chu : interrogativo
El quechua es sufijador.
4 AIMARA
uta-ja-nka-sk-t-wa: ‘estoy (actualmente) en mi casa’.
Los morfemas constituyentes de la palabra significan:
uta- : raíz nominal casa
-ja- : posesivo de 1ª persona singular
-nka- : estar (en)
-sk- : continuativo. Expresa que la acción o estado continúa
-t- : 1ª persona singular
-wa : afirmación
El aimara es sufijador.
5 MAPUCHE
Mütrüm-tú-ha-fi-ñ: ‘lo/la voy a llamar otra vez’.
Los morfemas constituyentes de la palabra significan:
mütrüm- : raíz verbal llamar
-tu- : iterativo. Expresa repetición, reiteración de la acción
-a- : futuro
-fi- : a él, lo; a ella, la
-ñ- : 1ª persona singular de modo indicativo
El mapuche es sufijador.
6 LENGUAS INCORPORANTES
Es también característica de estas lenguas aborígenes la llamada incorporación, la cual consiste en introducir en una forma verbal el objeto directo de la acción, expresado éste por una raíz o por un afijo. Cuando se dice, en mapuche, katrü-mamüll-me-a-n, ‘voy a ir a cortar leña’, mamüll, ‘leña’ está incorporado. En mütrüm-tu-a-fi-ñ, el sufijo -fi- expresa el objeto directo. En el primer ejemplo en náhuatl huasteca, que se ha visto antes, lo hace el prefijo -k-.
Desde los primeros momentos del descubrimiento, los españoles entraron en contacto con las lenguas aborígenes de los troncos arahuaco (o arawak) y caribe (o karib). Se hablaban entonces, en las Antillas Mayores, variedades del subgrupo taíno (o nitaíno) del primero. El taíno propiamente dicho era hablado en Cuba y La Española (Santo Domingo y Haití); el borinquen, en Puerto Rico; el yamaye, en Jamaica y, en las Bahamas, se hablaba el lucaya. En las Antillas Menores se hablaban el eyeri (o allouage), el nepuya, el naparina y el caliponau (usado por las mujeres de las tribus caribes). En las Antillas Menores también se hablaban dialectos del caribe. Ninguna de aquellas lenguas ha sobrevivido.
7 TRONCOS LINGÜÍSTICOS
Algunos de los troncos lingüísticos más importantes de Hispanoamérica son:
7.1 Tronco yuto-azteca
Comprende nueve subgrupos y más de 16 lenguas, habladas en Estados Unidos y México. La más importante es el náhuatl o azteca, que cuenta, en el presente, con más de un millón de hablantes. Su nombre proviene del verbo nuhuati, ‘hablar alto’. Náhuatl significa ‘sonoro’, ‘audible’. También ha sido llamada nahua, nahoa, nahualli, mexihca (‘mexicano’) y macehualli (‘campesino’). Posee varios dialectos, como el náhuatl huasteca (en los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz y en parte de Puebla), el náhuatl septentrional de Puebla (norte del estado de Puebla), el náhuatl tetelcingo (en la ciudad de Tetelcingo y sus dos colonias, Cuauhtémoc y Lázaro Cárdenas, en la municipalidad de Cuautla, Morelos, México). En Guatemala y El Salvador se habla náhuatl pipil. El dialecto que cuenta con más hablantes es el náhuatl huasteca (350.000).
7.2 Tronco maya
El maya no es una lengua, sino un tronco que comprende alrededor de 30 lenguas, las cuales son habladas desde el istmo de México hasta Honduras. En el occidente de México están vigentes el tzeltal, el tzotzil, el tojolabal, el yucateco y otras. Sin embargo, la mayoría de ellas (21) se habla en Guatemala, de las cuales cabe consignar, en primer lugar, el quiché (la lengua del Popol Vuh); en seguida, el mam, el kakchikel, el pokomam, el k´ekch´i, entre otras. El quiché se habla en el oeste del país, por cerca de medio millón de personas. Presenta, eso sí, muchos dialectos (14). El mam tiene también alrededor de medio millón de hablantes, y el kakchikel, unos 350.000. El conjunto de las lenguas mayas es hablado por más de dos millones de personas.
7.3 Tronco quechua
Para algunos estudiosos es una sola lengua con variedades dialectales; para otros, un conjunto de lenguas (21), algunas mutuamente ininteligibles. Originario de la región del Alto Apurímaq y del Urubamba, se difundió por un vasto territorio y es hablada desde el sur de Colombia (Intendencia de Caquetá, Comisaría de Putumayo), Ecuador (provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Cañar, Azuay, norte de Loja y Napo y Pastaza), Perú (en la mayoría de los departamentos, exceptuando Tumbes, Piura, La Libertad, Tacna y Madre de Dios), Bolivia (departamentos de Cochabamba, Chuquisaca, Potosí, este de Oruro y norte de La Paz) y Argentina (Santiago del Estero).
Aunque los incas conquistaron Chile y, a la llegada de los españoles, el quechua era comprendido, por ejemplo, en los valles del norte, no logró entronizarse. Atestiguan su presencia los topónimos y algunos préstamos léxicos en el mapuche.
El quechua tiene todavía millones de hablantes. Se estima que, en Ecuador, hay más de un millón y medio; en Perú, más de tres millones, y, en Bolivia, más de un millón y medio. En Argentina son sólo algunos miles. La cifra total debe ser de, aproximadamente, unos siete millones.
7.4 Tronco tupí-guaraní
Comprende alrededor de 40 lenguas y dialectos, hablados también en un vasto territorio, en Brasil, Paraguay, Uruguay (en el pasado), noreste de Argentina y oriente de Bolivia. Muchos ya se han extinguido. La lengua más importante es el guaraní paraguayo, hablado actualmente por la mayoría de la población del Paraguay.
7.5 Tronco arahuaco (o arawak)
Comprende alrededor de 80 lenguas y dialectos, que han sido hablados, en el pasado, en Florida y las Antillas y, actualmente en las Guayanas, Venezuela, Colombia, Brasil, hasta las estribaciones de los Andes peruanos. La mayoría de sus hablantes forma parte de pequeños grupos tribales.
7.6 Tronco caribe (o karib)
Comprende más de 60 lenguas y dialectos, que han sido hablados, en el pasado, en las Antillas Menores y, actualmente, en las Guayanas, en las cuencas del Orinoco y del Amazonas, desde las costas colombianas del Pacífico hasta el Pará en Brasil. También en este caso los hablantes forman parte de grupos tribales.
8 PRÉSTAMOS AL ESPAÑOL
El español en México
El maestro dominicano Henríquez Ureña realizó diversos estudios sobre las cosas de México y los mexicanos en sus varias estancias en ese país. En 1984, con motivo del centenario de su nacimiento, la prestigiosa editorial mexicana FCE publicó esta obra que recopila algunos de sus principales estudios. Extraemos un fragmento del titulado “El español en México y sus vecindades”.
Las lenguas aborígenes han contribuido —y siguen contribuyendo— al español de América principalmente con léxico, a saber:
Del arahuaco de las Antillas: batata, bohío, caimán, caníbal, canoa, carey, colibrí, enaguas, hamaca, iguana, maíz, sabana, tiburón, etc. Por no haber quedado documentadas las lenguas, ya extinguidas, no se puede saber cuál era la forma original de las palabras. Las transcripciones que hicieron los conquistadores no fueron exactas.
Del caribe de las Antillas: cacique, huracán, piragua, tabaco, con respecto a las transcripciones sucede lo mismo que en el caso anterior.
Del náhuatl: aguacate (de yeca-tl), cacaquate (de tlal-cacaua-tl: ‘tierra cacao’), cacao (de cacaua-tl), camote (de camo-tl), coyote (de coyo-tl), chile, ‘ají’ (de chi-li, ‘rojo’), chocolate (de chocola-tl), mole, ‘salsa’ (de mol-li), tamal, ‘empanada de maíz’ (de tamal-li), tiza (de tiza-tl), tomate (de toma-tl), zopilote (de tzopilo-tl).
Del quechua: cancha (de kancha: ‘recinto’, ‘patio’, ‘empalizada’), cocaví (de kokau: ‘provisión’, ‘víveres para el viaje’), callampa (de k´allampa: ‘hongo’), cóndor, (de kuntur), china (de china: ‘hembra de los animales’, ‘sirvienta’), quaqua (de wawa: ‘niño de teta’), humita (de huminta), puma (de puma: ‘león’, ‘gato montés’), vicuña (de wikuña), vizacacha (de wisk´acha).
Del mapuche: cahuín, (de kawiñ: ‘junta’, ‘reunión que terminaba en borrachera’), curiche (de kurü: ‘negro’ y che: ‘gente’), chopazo (de chope: ‘palo puntiagudo’, ‘barreta de madera para cavar la tierra’), pololo (de pülü: ‘mosca’, pülü-lu: ‘quien vuela o zumba como mosca alrededor’).
Aborígenes.
Habitantes más antiguos de un determinado país. La palabra se utiliza por lo general para distinguir a los habitantes originales, indígenas o autóctonos de un país, de cualquier otro pueblo intruso o invasor perteneciente a otra región.
La mayoría de los gobiernos han instituido medidas para la protección de los aborígenes dentro de sus territorios. Todos los pueblos aborígenes se han visto afectados por el contacto con la civilización contemporánea; en ocasiones, la introducción de enfermedades o las guerras han diezmado la población de algunos pueblos. Otros, como los ainus del norte de Japón, han quedado casi totalmente asimilados.
Viviendas primitivas americanas
En algunas zonas del continente americano las viviendas han sufrido una lenta evolución. Los distintos tipos de viviendas primitivas se han ido adaptando al medio geográfico-ambiental y a las formas de vida económica de sus habitantes, ya sean pueblos nómadas (cazadores-recolectores) o sedentarios (agricultores). En la imagen podemos observar siete tipos de viviendas: los pueblos nómadas o seminómadas suelen utilizar las pieles de los animales y los elementos vegetales para su construcción, mientras que los pueblos sedentarios usan el adobe, la piedra y la madera, elementos de mayor durabilidad.
1781
La guerra de los Mil Días, también conocida como guerra de los Tres Años, enfrenta a conservadores y liberales colombianos. Aquéllos cuentan con el apoyo del gobierno presidido por Manuel Antonio Sanclemente; en tanto que los liberales están dirigidos por Gabriel Vargas Santos, Foción Soto, Benjamín Herrera, Rafael Uribe Uribe y Justo L. Durán. Este conflicto compromete a todo el país, con excepción de las zonas selváticas y el departamento de Antioquia.
Guerra de los Mil Días, conocida también como guerra de los Tres Años, guerra civil colombiana, que tuvo lugar desde el 17 de octubre de 1899 hasta el 1 de junio de 1903, en la cual se enfrentaron conservadores y liberales. Aquéllos contaron con el apoyo del gobierno presidido por Manuel Antonio Sanclemente, a quien sucedió en 1900 el vicepresidente José Manuel Marroquín; en tanto que los liberales, organizados en buena parte en guerrillas, estuvieron dirigidos por Gabriel Vargas Santos, Foción Soto, Benjamín Herrera, Rafael Uribe Uribe y Justo L. Durán. El gobierno financió la guerra con emisión de moneda, empréstitos y contribuciones forzosas de sus enemigos. Por su parte, el liberalismo se financió por medio de contribuciones obligadas, requisas, saqueo y pillaje, y aportes de gobiernos simpatizantes. Este conflicto comprometió a todo el país, con excepción de las zonas selváticas y el departamento de Antioquia. Concluyó con la firma de tres tratados de paz: el primero, el de Neerlandia, firmado entre Rafael Uribe Uribe y Juan B. Tovar; el segundo fue el del Wisconsin, nombre del barco de guerra estadounidense que sirvió de sede para las negociaciones, en el cual rindió sus armas el Ejército liberal (10.000 hombres) que dirigía victorioso Benjamín Herrera en Panamá; y el tercero, el de Chinácota, que fue firmado con el anterior en noviembre de 1902.
Bogotazo.
Sangriento motín ocurrido en la ciudad colombiana de Santafé de Bogotá, con motivo del asesinato del dirigente político Jorge Eliécer Gaitán. Tuvo lugar cuando se celebraba en dicha urbe la IX Conferencia Panamericana (cuyo principal resultado fue la firma del Pacto de Bogotá, y de la que acabó surgiendo la Organización de Estados Americanos, OEA). Gaitán, jurista y ardiente orador, lideraba la oposición al régimen conservador de Mariano Ospina Pérez (1946-1950), mostrando su radicalismo liberal contra la corrupción administrativa y los ilícitos electorales.
Una verdadera revolución concebida para derrocar al gobierno y entronizar las fuerzas de izquierda y, de paso, hacer fracasar la Conferencia Panamericana, estalló el 9 de abril de 1948 con el asesinato del líder Jorge Eliecer Gaitán en una calle de Bogotá. La ciudad se convirtió en llamas; los saqueos, así como la destrucción de edificios públicos y escenas de terror se extendieron a todo el país y ocurrieron muchas muertes violentas, comenzando por la del presunto asesino, de apellido Roa Sierra, quien fue colgado por la turbamulta.
Pacto de Bogotá, nombre dado al Tratado Americano de Soluciones Pacíficas suscrito en Bogotá el 30 de abril de 1948 por los gobiernos representados en la IX Conferencia Panamericana.
Por su artículo I, las "altas partes contratantes" convinieron "en abstenerse de las amenazas, del uso de la fuerza o de cualquier otro medio de coacción para el arreglo de sus controversias y en recurrir en todo tiempo a procedimientos pacíficos." Igualmente se comprometieron a utilizar los procedimientos pacíficos regionales antes de acudir al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El Pacto de Bogotá entró en vigencia el 6 de mayo de 1949. Se registró en la ONU el 13 de mayo de 1949. Los países signatarios fueron Argentina, Bolivia, Ecuador, Estados Unidos, Nicaragua, Paraguay, Perú, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Los siete primeros firmaron con reservas. De esta IX Conferencia Panamericana surgió la Organización de Estados Americanos (OEA).
Ijcas o Arhuacos, grupo indígena colombiano que habita en la parte meridional de la sierra Nevada de Santa Marta. Su nombre es ijca o ika, pero se les conoce comúnmente como arhuacos.
Habitan en un territorio de aproximadamente 195.000 ha y sus viviendas son de tipo rectangular, cuadrado y circular. Cultivan la tierra, especialmente café y coca, que consumen masticada para resistir el trabajo pesado. Los colonos y cultivadores de coca los han desplazado de sus tierras tradicionales. Se organizan en parcialidades (20) con una ciudad sagrada central llamada Nabusímake. El templo ceremonial es el Kankurua y su autoridad tradicional es el ‘Mamo’ y el Cabildo.
La presencia de una misión capuchina desde principios del siglo XX hasta la década de 1980, influyó para que se perdiera el uso de la lengua en una parte importante de la población. En los últimos años se hacen esfuerzos para recuperar la lengua y la cultura de esta etnia a través de programas de etnoeducación. Su población se estima en 8.700 personas.
Paez, grupo indígena colombiano que forma parte de la familia lingüística chibcha y que habita en la región de Tierradentro, ubicada en la vertiente oriental de la cordillera Central del departamento del Cauca.
Habitan tierras frías bañadas por el río Paez. Viven en ranchos dispersos y practican la agricultura de policultivo, que incluye la coca, cuya hoja consumen masticada para atenuar el cansancio de largas jornadas de trabajo. Se han organizado en ‘resguardos’ a cuya cabeza se coloca un hombre con autoridad al que denominan ‘cabildo gobernador’.
Desde la época de la colonización española se han distinguido por su espíritu guerrero. Han sido líderes en la organización de los indígenas colombianos y del departamento del Cauca, en donde ha sido tradicional el poder económico y político de los grandes terratenientes que los han explotado durante siglos. Se calcula en 80.000 la población existente, de la cual sólo una cuarta parte habla la lengua tradicional.
Sagipa (fallecido en 1539), jefe indígena colombiano de origen chibcha, cuarto zipa (máximo jefe de los chibchas que habitaban la sabana bogotana). En 1537, a la muerte de Tisquesusha a manos de un ballestero del adelantado español Gonzalo Jiménez de Quesada, cerca de Facatativá, le sucedió como zipa. Sagipa o Zaquezazipa (del clan de Chía), que aunque no era sobrino de Tisquesusha, como era la tradición chibcha, sí era capitán de Nemequeme, el segundo zipa, fue investido por los nuevos poderes y apoyado por la mayoría de los jefes de su antecesor y continuó las hostilidades contra los invasores.
Antes del viaje de Jiménez de Quesada a España (1539), se habían establecido contactos amistosos entre Sagipa y los conquistadores. Españoles y chibchas colaboraban para derrotar a los indígenas panches. Estas relaciones fueron finalmente despreciadas por los españoles, que continuaban en búsqueda del oro, pese a la reiteración del zipa de que ya lo habían entregado. Hernán Pérez de Quesada, hermano del adelantado y encargado del gobierno en su ausencia, encarceló a Sagipa y lo condenó a crueles tormentos hasta su muerte, que tuvo lugar en mayo de 1539, por negarse a confesar el lugar donde se escondían los tesoros secretos de Tisquesusha.
Pueblos indígenas de América del Sur
Ubicación geográfica de los principales grupos indígenas de América del Sur.
Las áreas culturales de Sudamérica abarcan desde la parte inferior de Centroamérica —el este de Honduras, Nicaragua y Costa Rica— hasta el extremo meridional de América del Sur. Cabe distinguir cuatro áreas principales: 1) la parte norte de Sudamérica y el Caribe; 2) los Andes centrales y meridionales y la costa adyacente del Pacífico; 3) la selva tropical del este de Sudamérica, y 4) la Sudamérica meridional, un área que alberga sólo a pueblos nómadas de cazadores-recolectores.
4.3.1 La parte norte de Sudamérica y el Caribe
El área cultural de la parte norte de Sudamérica y el Caribe incluyen tierras bajas de selva, sabanas cubiertas de hierba, la parte septentrional de la cordillera de los Andes, algunos territorios áridos del oeste de Ecuador y las islas del Caribe. Debido a su ubicación geográfica, la región podría prestarse a servir de vínculo entre las grandes civilizaciones de México y Perú, pero por la dificultad que entrañan los desplazamientos por tierra a través de la selva y las montañas de la parte baja de Centroamérica, los contactos precolombinos entre Perú y México se desarrollaron sobre todo por mar, desde el golfo de Guayaquil en Ecuador hasta los puertos occidentales de México. Los pueblos indígenas de la parte norte de Sudamérica y el Caribe vivían en pequeños estados independientes. Aunque comerciaban directamente con México y Perú a través de Ecuador, estos grandes imperios nunca entraron en contacto con ellos.
Pueblos indígenas de América del Sur
Los hallazgos de puntas de flecha tipo clovis indican la presencia de cazadores en la zona ya en el 9000 a.C.; otros testimonios sugieren que en la zona septentrional ya existían habitantes hacia el 18000 a.C. El estilo arcaico de vida se prolongó desde los tiempos de la desaparición de los mastodontes y los mamuts, en el periodo Clovis, hasta el 3000 a.C. aproximadamente. En esta época, los moradores de los poblados desarrollaron el cultivo del maíz en Ecuador y de la mandioca en Venezuela, además de que prosperó la alfarería. Con fecha posterior fueron colonizadas por primera vez las islas del Caribe. Hacia el 500 a.C., en las ciudades de algunas áreas del norte de Sudamérica aparecieron estilos locales específicos de escultura y metalistería. El crecimiento de la población y el progreso tecnológico prosiguieron hasta que los españoles conquistaron esta región; por entonces, los reinos chibchas de Colombia ya eran célebres por su exquisita artesanía en oro. En el entorno del mar Caribe, los pequeños grupos como los misquitos de Nicaragua, los cunas de Panamá y los arawaks y caribes de las islas se dedicaban a la agricultura y la pesca en las proximidades de sus poblados; los caribes también vivían a lo largo de la costa de Venezuela. Estos pueblos practicaban un estilo de vida más sencillo que el de los pueblos de los estados septentrionales andinos.
Manifestación de indígenas ecuatorianos
En la década de 1990 y en los primeros años del siglo XXI, los indígenas ecuatorianos comenzaron a organizarse para reivindicar la adopción de medidas gubernamentales que resolvieran sus problemas. En la imagen, una manifestación que tuvo lugar en 2001, durante la presidencia de Gustavo Noboa.
4.3.2 Andes centrales y meridionales
Cueva de las Manos Pintadas, Santa Cruz Imagen de la célebre cueva de las Manos Pintadas, situada en las proximidades del río Pinturas, perteneciente al sector septentrional cordillerano de la provincia de Santa Cruz. En las paredes de la cueva se suceden primitivas pinturas de manos recortadas en positivo y en negativo, guanacos y figuras humanas y geométricas realizadas por los moradores prehispánicos de la región
La cordillera de los Andes, que se extiende por toda la mitad occidental de Sudamérica, junto con los angostos valles costeros entre las montañas y el océano Pacífico, constituyeron el territorio de una de las grandes civilizaciones del continente.
Lago Titicaca En las montañas próximas al lago Titicaca, entre Perú y Bolivia, se desarrollaron antiguas civilizaciones preincaicas como Tiahuanaco, centro ceremonial cuyo nombre significa 'Ciudad de los dioses'.
En tiempos recientes, las excavaciones del yacimiento del Monte Verde en el sur de Chile han proporcionado pruebas irrefutables de la existencia humana ya por el 13000 a.C. Algunas excavaciones algo más al norte, en Perú, revelan que hacia el 700 a.C. se cultivaban frijol y ají. Algunos siglos más tarde se produjo la domesticación de las llamas. A veces se criaban cobayas o cuyes como alimento comestible; el algodón, la papa, el maní y otros alimentos se fueron incorporando a la agricultura peruana, y hacia el 2000 a.C. se introdujo el maíz procedente de los Andes septentrionales. Los pueblos de la costa del Pacífico, Chile, Perú y Ecuador, también supieron aprovechar la riqueza marina, con su abundancia de especies, así como las aves acuáticas, las morsas, los delfines y los crustáceos.
Quipu inca Dado que la compleja organización de su sociedad necesitaba llevar a cabo inventarios de las tropas, suministros y población, los incas crearon los llamados quipus, los cuales, como el que aparece en esta fotografía, eran juegos de cintas anudados según un sistema codificado que permitía llevar la contabilidad de lo registrado.
Después del año 2000 a.C. los pueblos asentados en los diferentes valles costeros del Perú central se aliaron para construir grandes templos de piedra y adobe sobre enormes plataformas. Después del 900 a.C. estos templos se destinaron a una nueva religión, centrada en la ciudad de Chavín de Huantar. Esta religión tenía como símbolos el águila, el jaguar, la serpiente (probablemente una anaconda) y el caimán, que simbolizaba el agua y la fertilidad de las plantas. Estos símbolos son en cierta forma análogos a los de las religiones de México, pero no se conoce ningún vínculo concreto entre ambas culturas. Después del 300 a.C. comenzó a declinar la influencia de Chavín, o posiblemente su dominio político. Surgió así la cultura mochica en la costa septentrional de Perú y la nazca en la costa sur. Ambas dieron lugar a la construcción de grandes proyectos de regadío, ciudades y templos, desarrollándose un comercio intenso que incluía la exportación de cerámica fina. Los moches o mochicas representaron su vida cotidiana y sus mitos en pinturas y en esculturas cerámicas; se retrataban como feroces guerreros y también fabricaron esculturas de cerámica modelada que figuraban viviendas con familias, plantas cultivadas, pescadores e incluso parejas de amantes. También eran diestros trabajadores del metal.
Hacia el 600 d.C. las culturas moche y nazca desaparecieron y surgieron dos nuevos estados poderosos en Perú: Huari en las montañas centrales y Tiahuanaco en las montañas meridionales del lago Titicaca. Tiahuanaco fue un gran centro religioso que hizo resurgir los símbolos de Chavín, pero ambos estados duraron pocos siglos. A partir del siglo XI volvieron a adquirir importancia los estados costeros, especialmente Chimú en el norte, con su amplia y esplendorosa ciudad capital Chanchán, construida de adobe y piedra. Todo Perú llegó a estar dominado por un estado que nació en las montañas centrales en Cuzco; era el estado quechua, pueblo que pasó a ser el componente más poderoso del Imperio inca. El emperador inca de aquella época, Pachacutec Inca Yupanqui, inició la expansión de su Imperio en el siglo XV; hacia 1525, los incas dominaban desde Ecuador hasta Chile y Argentina. Entre 1525 y 1532 se desencadenó una guerra civil en su seno y a su término desembarcó en Perú el conquistador español Francisco Pizarro, que apenas tuvo dificultades para conquistar el devastado Imperio inca.
Durante este periodo, las partes central y meridional de los Andes estaban habitadas por campesinos que cultivaban diversas plantas. Los productos locales, transportados en caravanas de llamas, se exportaban y se intercambiaban hacia la costa, las montañas y la selva tropical oriental. Los reinos de esta región estaban gobernados por administradores auxiliados por soldados y sacerdotes. Los peruanos carecían de lenguaje escrito, pero utilizaban el ábaco para sus cálculos aritméticos, y llevaban un registro numérico de carácter administrativo con ayuda de unos collares anudados, parecidos a los ábacos, denominados quipus.
4.3.3 La selva tropical - En las selvas de América del Sur no se han desarrollado importantes núcleos de población debido a las adversas condiciones del entorno. Es por ello que los grupos indígenas se asientan en las orillas de los ríos para abastecerse, buscar alimento y cultivar algunas especies. El pueblo yanomami, uno de los más importantes, vive en la actualidad en el corazón de la selva amazónica.
Se cree que los territorios bajos de la selva en el este de Sudamérica fueron colonizados después del año 3000 a.C., ya que los arqueólogos no han encontrado rastros de pueblos anteriores. La población siempre fue relativamente escasa, concentrada en las orillas de los ríos, de donde obtenían sus alimentos y plantaban diversos cultivos, incluidas algunas plantas alucinógenas para celebrar sus ceremonias religiosas, que además exportaban hacia el Perú. Aunque cazaban animales como los tapires y los monos, la selva protegía a muy pocas especies. No había grandes ciudades y la gente vivía en poblados de chozas. Apenas llevaban vestimenta, debido al calor húmedo, pero tejían telas de algodón y se adornaban con pinturas corporales. Entre la multitud de pequeños grupos del área cultural de la selva tropical se encuentran los makiritares, yanomamis, bororós, botocudos, tapuyas, mundurucus, tupinambás, shipibos y cayapós. En la parte septentrional de la selva tropical habitan algunos grupos de lengua arawaka y caribe. Aunque los grupos de la selva tropical hoy conservan gran parte de su tradicional forma de vida, padecen enfermedades importadas por los europeos, así como la destrucción de su territorio por parte de los granjeros, madereros, mineros y empresas de explotación agrícola.
4.3.4 Sudamérica meridional
En Uruguay, Argentina y Chile, los pueblos agrícolas como los mapuches del grupo araucano de Chile, aún viven en poblados y cultivan maíz, papas o patatas y cereales. Aunque en tiempos criaban llamas, tras la invasión española empezaron a domesticar otro tipo de animales como vacas, ovejas, cerdos y gallinas, además de utilizar los caballos para pastorear y para la guerra. Más al sur, en la Pampa, no resultaba posible practicar la agricultura, por lo que los habitantes de esta región vivían de la caza del guanaco y ñandú y, en las costas, de la pesca y la recolección de crustáceos. En el archipiélago de Tierra del Fuego se han descubierto utensilios para la caza y recolección que se remontan al 7000 a.C. En la Patagonia, la caza sufrió una gran transformación cuando apareció el caballo traído por los españoles a mediados del siglo XVI. Los tehuelches cazaban guanacos a caballo y, al igual que los pueblos de las Grandes Llanuras de Norteamérica, una vez que dispusieron de caballos para el transporte, construyeron viviendas mayores y les surgió la necesidad de abastecerse de otros artículos. Más al sur todavía, cerca del estrecho de Magallanes, los grupos ona y alacalufe carecían de la caza existente en el norte; sobrevivían a base de pescado y crustáceos, pero también cazaban focas y morsas. Como pueblos nómadas, vivían en pequeñas viviendas cónicas cubiertas con pieles de guanaco. A pesar del clima frío y brumoso, iban casi desnudos. Parece ser que la vida en Tierra del Fuego apenas sufrió alteración a lo largo de 9.000 años, ya que su clima no permitía ni la agricultura ni el pastoreo. Los pueblos indígenas de esta región padecieron también graves enfermedades llevadas por los europeos y en la actualidad quedan muy pocos supervivientes.
5 FORMAS DE VIDA
Entre las formas tradicionales de vida de los grupos indígenas americanos hay que destacar su organización social y política, sus actividades económicas, así como sus religiones, lenguas y arte.
5.1 Organización social y política
Palenque Las grandes civilizaciones que existieron en el continente antes de la llegada de los conquistadores tenían una compleja estructura político-social, que se manifiesta en los distintos grupos arquitectónicos de importantes ciudades como Palenque, antiguo centro maya situado en el actual estado mexicano de Chiapas.
La organización social de los diferentes grupos indígenas se basa en la familia. Algunas sociedades indígenas conceden gran importancia a la cooperación económica entre marido y mujer, y otras a la que se origina entre hermanos y hermanas.
Las sociedades más pequeñas se dieron históricamente en las regiones en las que escaseaban los alimentos. Valgan como ejemplo los crees y los pueblos de habla athabasca de la región Subártica de Canadá, los paiutes del desierto de Nevada y los onas de Tierra del Fuego. Desde el momento en que se practicó la agricultura, las comunidades aumentaron en número hasta llegar a estar formadas por miles de individuos. En Norteamérica y en la región de la selva tropical, los diversos grupos indígenas vivían en poblados y formaban una alianza más o menos organizada con las comunidades vecinas. Cada una de las comunidades y la propia alianza estaban gobernadas por consejos, formados a su vez por representantes de cada una de las familias, y el consejo de la alianza estaba constituido por los representantes de cada comunidad. El consejo elegía a un hombre o a una mujer (especialmente en el sureste de Norteamérica y en la selva tropical de Sudamérica) que actuaba como jefe, es decir, presidía el consejo y actuaba como portavoz principal a la hora de negociar con otros pueblos. En muchas regiones las familias de los poblados se agrupaban en clanes, denominados ayllus en Perú. Éstos solían disponer de recursos como terrenos agrícolas y pozos de pesca que asignaban, según las necesidades, a las familias.
En México y Perú, los reinos que habían contado con cientos de miles de súbditos quedaron estratificados en clases y se fundaron imperios de millones de personas. Los ciudadanos admitían la religión oficial, aunque a veces se permitía que las prácticas religiosas locales coexistieran con la religión oficial, mientras que los prisioneros de guerra y los deudores se convertían en esclavos. El Imperio inca de Perú estaba férreamente organizado y controlado, trasladando a las personas e incluso a los pueblos por todo su territorio según las necesidades del Imperio. En México, por el contrario, a los grupos locales de tipo clan se les solía conceder un poder limitado.
5.2 Alimentación
La elaboración de la tortilla mexicana El maíz es el alimento básico de las culturas americanas. Desde el periodo neolítico se utiliza el metate (del náhuatl ‘metlatl’), piedra rectangular sostenida en tres pies que se coloca en el piso y que consta además de una especie de rodillo para moler el maíz, el cacao y otros granos. Hoy todavía encontramos algunas mujeres mexicanas que siguen usando el metate en sus cocinas. En alimentación, el maíz se sancocha (cuece) en agua con cal para después molerlo y adaptarlo a diversas formas, como los tamales o las tortillas, las más populares. Aquí vemos a un grupo de indígenas mexicanas, probablemente del occidente de México, elaborando la masa y haciendo tortillas de manera casi industrial. Las tortillas son redondas, de unos 20 cm de diámetro y 2 o 3 mm de grosor. Al salir del tortillero las mujeres las cuecen en un gran comal (plancha) y después de darles la ‘vuelta y vuelta’ -durante unos segunditos- están listas para comer con diversos ingredientes, ya sea en forma de ‘taco’, ‘sope’, ‘quesadilla’, o simplemente enrolladita tal cual. ¡Qué ustedes aprovechen!
Al menos desde el 2000 a.C., la mayor parte de la población ha vivido de la agricultura. El maíz era el cereal más común, pero también gozaban de popularidad otras plantas: la papa o patata, cacahuete o maní, chile o ají, tomate, algodón, cacao, aguacate y otros muchos cultivos, que fueron cosechados por los americanos.
Maíz La agricultura era la base de la economía para las distintas culturas prehispánicas. El maíz, el fríjol y el chile eran los tres productos básicos, aunque el primero fue el más importante. Hoy, el maíz se cultiva en la mayoría de los países
El ganado tenía una importancia menor para los americanos que para los pueblos de otros continentes. En las culturas meridionales las proteínas se obtenían de las plantas, en concreto del fríjol, mientras que a lo ancho de todo el continente americano se ingerían más proteínas procedentes del pescado y la caza, especialmente del venado. Las técnicas de preparación de los alimentos variaban según el tipo de comida y el área cultural. Siempre han jugado un papel preeminente las técnicas de curación de alimentos, incluida la carne.
Ejerció como virrey en funciones
En 1723 el virreinato fue disuelto. Sus territorios pasaron a depender de la presidencia del Nuevo Reino hasta su Haciendas, estancias y fundos, edificaciones rurales latinoamericanas que albergaban los núcleos de producción agraria de la América colonial española. El nombre de hacienda era habitual en los virreinatos del Perú, Nueva Granada y Nueva España, mientras que el de estancia suele aplicarse en Argentina y el de fundo en Chile. En todas ellas destacan los dos factores propios de cualquier construcción vernácula: la adecuación al medio físico y la vinculación a la economía que lo sustenta. Su origen se remonta a las edificaciones similares de la península Ibérica, en especial a los cortijos andaluces (aunque los olivares estuvieron prohibidos para garantizar el monopolio español), con su característica sucesión de patios de ventilación. También se incorporaron ciertos elementos precolombinos, sobre todo aquellos que obtenían mayor eficacia en el cultivo de las especies autóctonas. Las haciendas se llegaron a convertir en núcleos suburbanos autosuficientes, donde podían vivir la peonada y los patrones con todos los servicios necesarios.
Hacienda La Victoria Las haciendas, también denominadas estancias o fundos, eran el principal núcleo de la actividad rural en Latinoamérica durante la época colonial. El conjunto lo formaban una serie de edificios destinados a diferentes funciones que, a menudo, tomaban la apariencia de una pueblo en miniatura. En la actualidad aún perviven algunos ejemplos, como la hacienda La Victoria, en la localidad de Santa Cruz de Mora, en Venezuela
VIRREINATO DE NUEVA GRANADA
Aunque el sistema político aplicado en Nueva Granada fue similar al del Perú, el clima tropical generó una tipología distinta, mucho más semejante a la de los cortijos y las haciendas del sur de España, pero matizada en lo constructivo por condicionantes técnicos, como la abundancia de buena madera. Se generó así una arquitectura más cerrada en torno a un patio principal, enlazado con otros patios y dependencias adyacentes mediante galerías porticadas perimetrales, que permitían la ventilación cruzada al tiempo que integraban el paisaje circundante. La construcción lígnea, además, introdujo un sistema modular que acentuaba el ritmo compositivo, una cualidad muy coherente con el carácter colorista de las nuevas culturas originadas en torno al mestizaje tropical. Entre los ejemplos más interesantes destacan la de San Agustín del Callao (Ecuador, siglos XVI-XVIII), la hacienda Calibío en el valle del Cauca (Popayán, Colombia, siglo XVIII) y la de San Nicolás en el valle del Turbio (Yaracuy, Venezuela, siglo XVIII).
HISTORIA
La región comprendida entre México y Colombia albergó una extensa civilización precolombina. La más importante fue la maya. El origen de esta civilización se remonta al primer milenio a.C., y estuvo ubicado en las mesetas de Guatemala. Alcanzó su mayor desarrollo entre los años 300 y 900, y su organización se basó en ciudades-estado autónomas, ocupando los territorios de lo que ahora es el norte de Guatemala, Honduras, Belice y la península de Yucatán. La unidad maya fue más cultural que política, pero la influencia de su civilización fue muy amplia. Los logros artísticos y científicos mayas sobrepasaron a sus contemporáneos europeos. No obstante, esta civilización entró en decadencia hacia el año 900, y su pueblo fue conquistado por los invasores toltecas procedentes de México.
El istmo estuvo también habitado por otros pueblos que no alcanzaron el nivel de desarrollo de los mayas. Comerciaron con pueblos del sur y norte de América, haciendo de Centroamérica un puente entre las antiguas culturas de las Américas. La población del istmo antes de la conquista española pudo haber sido de unos seis millones, una cifra que no sería alcanzada de nuevo hasta el siglo XX.
5.1 El periodo colonial en 1502, navegando por las costas caribeñas desde el golfo de Honduras hasta Panamá, Cristóbal Colón tomó posesión de Centroamérica en nombre de la Corona española. Sus informes estimularon a los conquistadores españoles, pues hablaban de la existencia de riquezas y de grandes poblaciones detrás de las montañas del istmo. Diego, el hijo de Colón, había emprendido la conquista de la isla La Española (las actuales República Dominicana y Haití). En 1510, Vasco Núñez de Balboa fundó en el Darién la primera colonia productiva de América, y fue el primer conquistador en remontar el istmo para llegar a la costa situada al otro lado, cuyas aguas bautizó con el nombre de mar Pacífico. Su sucesor, Pedrarias Dávila, que había ordenado la muerte de Balboa en 1517, extendió la colonización hacia el norte y hacia el sur; en 1519 fundó la ciudad de Panamá, desde donde emprendió la conquista de Nicaragua y Honduras. Tras ella, el territorio de Centroamérica se convirtió en escenario de la lucha entre españoles que poseían intereses en Panamá, La Española y México. Pedro de Alvarado, el lugarteniente de Hernán Cortés, el conquistador de México, consolidó el control de todo el istmo, especialmente después del triunfo sobre los mayas de Guatemala. Los conquistadores asesinaron a una gran cantidad de indígenas, aunque las muertes entre éstos se debieron más a las epidemias de viruela, disentería y sífilis que llegaron con aquéllos. Los que sobrevivieron fueron esclavizados o reducidos a la servidumbre por los españoles, que implantaron una sociedad agrícola basada en instituciones traídas de la península Ibérica. No obstante, las costumbres y tradiciones indígenas se mantuvieron, gracias a que se establecieron muy pocos españoles en pueblos y ciudades.
La Centroamérica colonial estuvo dividida en dos jurisdicciones. La audiencia de Guatemala, que se extendía desde Chiapas (actualmente estado del sur de México) hasta Costa Rica, era parte del virreinato de Nueva España y gozaba de cierta autonomía; su capital, Antigua, se convirtió en centro burocrático, eclesial, comercial y administrativo. El resto del territorio centroamericano (el que ocupa la actual república de Panamá), con su importante ruta de tránsito, se agregó al virreinato de Nueva Granada, inicialmente dependiente del virreinato del Perú.
En el siglo XVII, España permitió una cierta autonomía a los colonizadores que, con la cooperación de la Iglesia y el Estado, dominaron y oprimieron a los indígenas y mestizos, empleándolos como mano de obra no remunerada. En el siglo XVIII, los monarcas Borbones trataron de regenerar el imperio introduciendo reformas que promovieran nuevas prácticas y actividades económicas, pero tales innovaciones pusieron a prueba la tradicional adaptación de los ricos colonizadores y de la burocracia.
5.2 La Federación En 1821 la clase criolla de Guatemala, imitando a la de México, rompió su vasallaje respecto a España. La zona se convirtió en parte del Imperio mexicano de Agustín de Iturbide. Pero cuando el gobierno conservador de éste cayó en 1823, los liberales asumieron el control de la región, se independizaron de México y formaron las Provincias Unidas del Centro de América. Sin embargo, Chiapas siguió perteneciendo a México, y Panamá se unió a la Gran Colombia de Simón Bolívar.
Las Provincias Unidas, rechazando la herencia española, se embarcaron en un ambicioso pero poco realista programa de reformas políticas y desarrollo económico. La guerra civil fue el resultado del insalvable regionalismo y las intrigas políticas entre las clases dirigentes. En 1834, los liberales trasladaron la capital de la federación de Guatemala a El Salvador, pero su política hubo de hacer frente a la feroz oposición y rebelión de los conservadores, así como a las movilizaciones de la población. Cuando, en 1838, el líder campesino guatemalteco, Rafael Carrera, tomó la ciudad de Guatemala, la federación empezó a desintegrarse. Finalmente, el presidente federal Francisco Morazán renunció a su cargo en 1840. Entonces surgieron como repúblicas independientes Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.
5.3 Las repúblicas centroamericanas
Aniversario del Acuerdo de Esquipulas El 6 de agosto de 1997, con motivo de la celebración del 10º aniversario de la firma del Acuerdo de Esquipulas, se reunieron en la ciudad de Guatemala una serie de ex presidentes centroamericanos. Esta fotografía refleja un momento de la conferencia de prensa que dieron tras discutir sobre los avances logrados con dicho Acuerdo. En ella aparecen (de izquierda a derecha) el ex presidente hondureño Rafael Leonardo Callejas, el ex presidente costarricense Óscar Arias Sánchez, los ex presidentes guatemaltecos Vinicio Cerezo y Ramiro de León Carpio, así como el también ex presidente hondureño José Simón Azcona.
En esa época Gran Bretaña empezaba a reemplazar a España como fuerza dominante en la región. El asentamiento británico de Belice, utilizado inicialmente como una zona de abastecimiento y refugio de piratas, se convirtió en el principal centro de comercio de toda Centroamérica con el exterior. La influencia británica se extendió por las costas del Caribe hasta Panamá, y en 1862 Belice se convirtió oficialmente en colonia británica con el nombre de Honduras Británica. Los intereses estadounidenses y británicos se enfrentaron en 1849, a raíz de la necesidad de utilizar el istmo como la vía más rápida para acceder a las minas de oro de California. El Tratado Clayton-Bulwer de 1850 resolvió algunos puntos de este conflicto anglo-estadounidense. Pero en 1855, William Walker, un soldado estadounidense, invadió Nicaragua con un grupo de seguidores. Sin embargo, un ejército unido de centroamericanos con ayuda británica lo expulsó en 1857. Mientras tanto, en ese mismo año se había terminado la construcción de la vía férrea panameña que permitió orientar el comercio centroamericano de Belice a los puertos más accesibles de la costa del Pacífico, con lo que más tarde disminuiría la influencia británica en la zona.
A partir de 1870, surgieron dictaduras que, en nombre del orden y el progreso, promovieron el desarrollo del café como el principal producto de exportación de la región; otro de los productos que cobró importancia, a expensas de una mayor diversificación de la agricultura, fue el cultivo del plátano, controlado principalmente por compañías extranjeras. Desde 1900, la empresa estadounidense United Fruit Company fue la mayor fuerza económica (y política) de Centroamérica. Las inversiones de esta compañía se extendieron al desarrollo de las vías férreas, la navegación y otras áreas de interés para su expansión. Entre los ciudadanos centroamericanos, la gigantesca compañía empezó a ser conocida como el ‘pulpo’. Las inversiones y el propio gobierno estadounidense se convirtieron en la fuerza dominante del istmo. En 1903, movido por su particular interés en la construcción del canal, Estados Unidos propició la independencia de Panamá, desmembrándolo del territorio colombiano. Estados Unidos ayudó a formar la Corte de Justicia de Centroamérica, pero su Ejército invadió Nicaragua y la ocupó de 1912 a 1933, con lo que minó la vigencia de la institución.
En el siglo XX, el crecimiento económico produjo el surgimiento de nuevas clases medias que empezaron a desafiar el predominio y control político de las clases dominantes tradicionales. A mediados del siglo, surgieron, inicialmente en Costa Rica, partidos reformistas y revolucionarios, y posteriormente se extendieron a cada uno de los demás países.
Cristóbal Colón En 1492
El navegante de origen genovés Cristóbal Colón navegó hacia el oeste desde España a fin de encontrar una ruta más corta para llegar a las Indias y China. Colón basó sus cálculos de viaje en los textos bíblicos, en especial en los Apócrifos. El 3 de agosto de 1492 salió del puerto de Palos (España), en el primero de una serie de viajes hacia lo que él más tarde llamaría Nuevo
En la sierra Nevada de Santa Marta, frente a las costas del mar Caribe, habitaba una tribu de lengua chibcha que se identificaba con el nombre de tayrona o tairona. Sus descendientes son hoy los grupos kogi e ijca. La etnia de nombre chibcha que habitó la altiplanicie Cundiboyacence con mayor volumen de población y que conformó, junto con los colonizadores españoles, la formación mestiza altiplana fue la muisca. Al lado de otros grupos indígenas que existían en el territorio colombiano con distintos niveles de desarrollo económico, social y cultural, el muisca era el más avanzado en el momento de la conquista española.
En el yacimiento de San Agustín, cerca del nacimiento del río Magdalena y de los Andes colombianos, se han encontrado vestigios de una de las más fascinantes y menos estudiadas civilizaciones del hemisferio occidental. Se conoce muy poco de las tribus que realizaron estatuas de piedra, esculturas en relieve, cámaras sepulcrales y santuarios encontrados, así como el momento de mayor esplendor de su cultura. Las estatuas de piedra son generalmente figuras antropomorfas, muchas de ellas con expresiones grotescas. Han sido encontradas en cuevas y sobre montículos, en los que su presencia parece haber tenido un significado ritual. Con frecuencia se localizan figuras en las que una está montada sobre los hombros y espalda de otra. Una estatua particularmente sorprendente, un ave sosteniendo una serpiente en su pico, que posiblemente sea un símbolo de fertilidad, es de apariencia similar al águila devorando una serpiente sobre un nopal, símbolo que para los aztecas implicaba el lugar donde debería fundarse una gran civilización.
7 HISTORIA
7.1 Conquista española
Antes de la llegada de los españoles, los chibchas habitaban una gran área de Colombia, establecidos alrededor de la parte alta del río Magdalena. Eran expertos agricultores de cultura similar a la inca. En 1502, durante su último viaje al Nuevo Mundo, Cristóbal Colón exploró una parte de la costa del Caribe perteneciente al territorio de los chibchas, que actualmente corresponde a la costa norte de Colombia. Llegaron después un gran número de conquistadores españoles, entre los que cabe mencionar a Rodrigo de Bastidas, Alonso de Ojeda, Pedro de Heredia y Sebastián de Belalcázar, quienes sometieron a los chibchas y fundaron el primer asentamiento europeo permanente en territorio americano en Santa María la Antigua del Darién, en 1510, y posteriormente establecieron los asentamientos de Santa Marta en 1525 y Santafé de Bogotá en 1538. En 1549 se integró el territorio chibcha dentro de la audiencia de Nueva Granada. Entre 1717 y 1739 la audiencia y los territorios que posteriormente formaron los países de Ecuador, Venezuela y Panamá se unieron al virreinato de Nueva Granada.
La falta de progreso económico y la discriminación social y política contra los ciudadanos del virreinato provocó una intensa hostilidad contra el gobierno español. Inspirados en la Revolución Francesa y en el éxito obtenido por las colonias norteamericanas que consiguieron su independencia de Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, la población de Nueva Granada se unió al movimiento revolucionario para obtener la independencia que acabó con el Imperio español en América a principios del siglo XIX.
El movimiento que mayor relevancia tuvo antes de la Independencia fue la denominada revolución o levantamiento de los comuneros, acaecida en el año 1781
y germen del futuro movimiento de emancipación.
7.2 Independencia de España
Gracias a Simón Bolívar, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela obtuvieron la independencia del dominio español. Se le conoce como el Libertador.
La ausencia de autoridad que se produjo en la América española con la llegada de informaciones sobre la invasión francesa de la península Ibérica (véase Guerra de la Independencia española) dio como resultado el inicio del proceso emancipador en el virreinato de Nueva Granada. La lucha entre fuerzas realistas e independentistas, dirigidas por personajes de la talla de Antonio Nariño y de Francisco de Paula Santander, provocó la derrota de los realistas a lo largo del año 1810, pese a lo cual, la lucha se prolongó durante toda la década. En las luchas que siguieron al movimiento independentista, la figura militar y revolucionaria más sobresaliente fue Simón Bolívar. El 7 de agosto de 1819 su victoria decisiva sobre las fuerzas leales al gobierno de España en la batalla de Boyacá dio como resultado la liberación de la audiencia de Nueva Granada. En diciembre de 1819 se llevó a cabo el Congreso de Angostura en el que se proclamó la creación de la República de la Gran Colombia, formada por lo que anteriormente era la audiencia de Nueva Granada (las actuales repúblicas de Panamá, Venezuela y Ecuador después de lograr su independencia). Después de la liberación de Venezuela, el Congreso de Cúcuta aprobó el 30 de agosto de 1821 una Constitución para la Gran Colombia en la que se establecía una forma republicana de gobierno y se elegía a Bolívar como su primer presidente. Sin embargo, la nueva República tuvo una vida corta; en 1831 Nueva Granada (de la que formaba parte Panamá) se convirtió en un Estado independiente y soberano.
La historia política del país ha sido desde entonces básicamente un registro de conflictos, muchas veces violentos, entre elementos liberales y conservadores para determinar la política del gobierno. Los asuntos políticos y sociales frecuentemente se han complicado debido a fuertes controversias respecto a las propiedades, la situación legal y los privilegios de la Iglesia católica.
7.3 Cambios constitucionales
En la República de la Gran Colombia la esclavitud se abolió en 1851. Una nueva Constitución, adoptada en 1853, garantizaba procesos penales a través de jurados, libertad de prensa y otros derechos civiles, así como la separación de la Iglesia y el Estado. Cinco años después, las provincias se convirtieron en estados federales y la república pasó a denominarse Confederación Granadina. La Guerra Civil comenzó en 1861 entre los liberales (que luchaban por una mayor soberanía para los estados que constituían la República) y los conservadores, que peleaban por un fortalecimiento del gobierno central. En 1863, después de la victoria de los liberales, se adoptó una nueva Constitución en la que se establecía la unión de los estados soberanos en los Estados Unidos de Colombia.
De 1880 a 1930 dominaron los conservadores. En 1885 se reprimió una rebelión de los liberales y en 1886 se proclamó una nueva Constitución de carácter centralista, que estableció el nombre actual del país, República de Colombia. La nueva Constitución abolió la soberanía de los estados creada por la Constitución de 1863 y estableció la estructura del país que rigió hasta 1991, cuando se expidió una nueva Constitución. Entre 1899 y 1903, Colombia se debatió en un nuevo enfrentamiento civil conocido como la guerra de los Mil Días.
El regreso de los liberales al poder, que tuvo lugar después de las elecciones de 1930, permitió establecer las reformas constitucionales de 1936, en las que se otorgaba poder al gobierno para reglamentar la propiedad privada de acuerdo a los intereses nacionales, se establecía el derecho a la huelga de los trabajadores, bajo regulación legal, se rompía con la Iglesia católica y se procedía a la secularización de la educación pública. En 1944 se adoptó un nuevo código laboral en el que se garantizaban los salarios mínimos, el pago de vacaciones y días festivos, ayudas en caso de accidentes y enfermedad, y el derecho a organizarse en sindicatos. Véase también Constitucionalismo (colombiano).
7.4 Pérdida de Panamá
En 1903 el Senado de Colombia se negó a ratificar el Tratado de Hay-Herrán, el cual establecía el arrendamiento a Estados Unidos de una franja de territorio del istmo de Panamá para construir un canal que lo cruzara y uniera los dos océanos. Comenzó la rebelión en Panamá y las Fuerzas Armadas estadounidenses tuvieron que intervenir para que las tropas colombianas no reprimieran el levantamiento. Estados Unidos reconoció la independencia de Panamá. Las tensas relaciones resultantes entre Colombia y Estados Unidos se resolvieron en 1921 por medio del Tratado Thompson-Urrutia.
7.5 La II Guerra Mundial y la posguerra
Durante la II Guerra Mundial Colombia rompió relaciones diplomáticas en 1941 con Japón, Alemania e Italia, y en 1942 con el gobierno de la Francia ocupada. En 1943 el Senado colombiano declaró la guerra a Alemania y en junio de 1945 firmó los estatutos de la Organización de las Naciones Unidas, convirtiéndose en uno de los 51 miembros fundadores.
Durante la época de posguerra se vivió una de las crisis políticas más severas, como resultado directo de la profundización de los antagonismos entre las facciones liberal y conservadora. El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, dirigente del Partido Liberal, el 9 de abril de 1948 en Bogotá, desencadenó un levantamiento nacional en contra del gobierno conservador conocido como el Bogotazo, en el que murieron cerca de 1.500 personas y 20.000 más resultaron heridas. En ese momento se estaba desarrollando en Bogotá la IX Conferencia Internacional de los Estados Americanos, que también se vio afectada por la rebelión. No obstante, la Conferencia se realizó con éxito y se terminó el borrador de los estatutos de la Organización de Estados Americanos, que Colombia firmó el 30 de abril de 1950. Con la ayuda del Ejército el gobierno controló la rebelión y se acordó incluir un número igual de liberales y conservadores en el gabinete.
Sin embargo, durante los siguientes meses la tensión y la violencia fueron cada vez más persistentes. Los miembros liberales del gobierno cesaron en sus cargos después de que se promulgara un decreto gubernamental prohibiendo manifestaciones y marchas, y el Partido Liberal retiró a su candidato de las elecciones presidenciales de 1949, culpando al gobierno de violar la ley electoral. Como resultado de esta situación, el candidato conservador Laureano Gómez ganó las elecciones de noviembre sin enfrentarse a ninguna oposición. La toma de poder se llevó a cabo en agosto de 1950.
7.6 Una época de violencia
Entre la elección de Laureano Gómez y su toma de poder, la lucha política había entrado en una nueva fase. Varios grupos guerrilleros, entre los que destacaban las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC, comunista) actuaban en numerosas áreas rurales y urbanas del país. En respuesta, el gobierno declaró el estado de sitio y suspendió las sesiones del Congreso en 1950. Poco después de la toma de poder de Gómez, una convención del Partido Liberal declaró al gobierno ilegal, acusándolo de suprimir la libertad de expresión, de prensa y de reunión, y prometió continuar con el boicoteo de las elecciones.
En febrero de 1953 el Partido Conservador propuso una nueva Constitución cuyas consideraciones habrían impuesto en Colombia un régimen totalitario al estilo del de España bajo el mando de Francisco Franco. Los liberales y los conservadores moderados se opusieron severamente a este proyecto constitucional, y en junio de 1953, cuando una junta militar derrocó al gobierno de Gómez, ambas facciones dieron su aprobación al golpe de Estado.
Se nombró al general Gustavo Rojas Pinilla como presidente provisional, con el apoyo de una Asamblea Nacional Constituyente.
En 1954 ocurrió un suceso que fue determinante para Rojas, cuando las fuerzas militares agredieron a la multitud reunida en la plaza de toros Santamaría, en Bogotá, por no vivar al presidente. Aquí comenzó el deterioro de su gestión. La Asamblea lo reeligió para un cuatrienio que empezaría en 1958, pero la tensión fue creciendo hasta el punto de que diversos sectores sociales (en especial empresarios, partidos políticos y estudiantes) presionaron para forzar la salida del dictador. La movilización culminó el 10 de mayo de 1957 con la renuncia de Rojas Pinilla en favor de una Junta Militar, que dirigió el país mientras los líderes de los partidos liberal y conservador (en particular Alberto Lleras Camargo y Laureano Gómez) avanzaban pactos de paz que culminaron con la instauración del Frente Nacional a partir de 1958. Durante 16 años se intercambiarían el poder presidencial, empezando con un presidente liberal y culminando con un conservador, y se establecería la plena paridad en todos los cargos públicos. El Pacto de Sitges (nombrado así porque fue en esta ciudad española donde se firmó) se aprobó en un plebiscito el 1 de diciembre de 1957.
7.7 El Frente Nacional
A finales de 1958 el candidato liberal Alberto Lleras fue reelegido presidente (lo había sido ya entre 1945 y 1946). La coalición liberal-conservadora trajo cierta estabilidad a Colombia durante la década de 1960. La coalición tenía la mayoría en ambas cámaras del Congreso, pero rara vez podía ganar las dos terceras partes requeridas en ambas para llevar adelante proyectos legislativos. Por ello, el gobierno frecuentemente caía en periodos de inactividad. El presidente Guillermo León Valencia, candidato conservador elegido en 1962, declaró el estado de sitio el año siguiente con el fin de vencer el desacuerdo político. Bajo el mando del presidente Carlos Lleras Restrepo, candidato liberal que sucedió a Valencia en 1966, se continuó gobernando mediante decretos. En las elecciones de 1970 el Frente Nacional derrotó a la oposición del anterior dictador Rojas Pinilla y se eligió a Misael Pastrana Borrero como presidente.
7.8 Ruptura del Frente Nacional y aumento de la inestabilidad política
Cuando la coalición llegó a su fin en 1974, se eligió como presidente al liberal Alfonso López Michelsen, aunque se concedieron ciertos cargos del gabinete a los conservadores. El alto nivel de desempleo persistió y se produjeron incidentes a causa del descontento de trabajadores y estudiantes, así como la actividad aislada de grupos guerrilleros. En 1978, en unas elecciones caracterizadas por el bajo número de votantes, otro liberal, Julio César Turbay Ayala, ganó la presidencia por un margen muy estrecho; posteriormente llamó a cinco conservadores para que participaran en su gabinete.
Hacia el año 1979, los insurgentes izquierdistas del M-19, habían adquirido más fuerza conforme el Ejército fracasaba en sus intentos por vencerlos. Un año después, un grupo guerrillero ocupó la embajada dominicana en Bogotá durante 61 días, reteniendo a numerosos diplomáticos extranjeros como rehenes.
El candidato conservador, Belisario Betancur, anterior ministro de Trabajo, ganó las elecciones presidenciales de 1982, estableciendo una ley de amnistía que afectó a numerosos guerrilleros; en mayo de 1984 se anunció la tregua acordada entre el gobierno y los grupos rebeldes. Ese mismo mes, Betancur tomó medidas enérgicas contra el floreciente tráfico de drogas en el país.
Sin embargo, durante 1985 las organizaciones guerrilleras recuperaron su fuerza y la lucha contra el narcotráfico fue perdiendo su ímpetu inicial conforme los traficantes de drogas y los rebeldes unían sus fuerzas en varias regiones. En noviembre de ese año las tropas del gobierno y la guerrilla se enfrentaron en un violento combate después de que grupos guerrilleros tomaran el Palacio de Justicia en Bogotá e hicieran rehenes a docenas de personas. Al final del sitio habían muerto un centenar de personas, entre las que se encontraba el presidente de la Corte Suprema y otros diez magistrados.
Para añadir aún más dramatismo a la situación del país, a finales de ese mes una avenida de lodo volcánico del Nevado del Ruiz provocó la muerte y la desaparición de 25.000 personas.
Los liberales ganaron las elecciones de 1986 y Virgilio Barco Vargas, su máximo dirigente, se convirtió en presidente el 7 de agosto. En agosto de 1989, respondiendo a la ola de asesinatos en los que estaban implicados los cárteles de la cocaína de Colombia, el gobierno arrestó a más de 10.000 personas y confiscó las propiedades de presuntos traficantes de drogas.
7.9 Colombia desde 1990
Ernesto Samper En junio de 1994, Ernesto Samper venció en las elecciones a la presidencia de Colombia, derrotando al conservador Andrés Pastrana. En los comicios celebrados cuatro años más tarde, este último logró la victoria al superar en la segunda vuelta al candidato liberal Horacio Serpa.
Después de una violenta campaña en la que fueron asesinados tres candidatos presidenciales, César Gaviria Trujillo, líder del Partido Liberal, fue elegido en mayo de 1990. Gaviria apoyó una nueva Constitución, en vigor desde julio de 1991, que introdujo reformas de fondo, entre las cuales destacan el reconocimiento de la descentralización y la autonomía municipal y departamental; la elevación de territorios nacionales vastos, poco poblados y con menor desarrollo económico (intendencias y comisarías) a la calidad de departamentos; el reconocimiento de la multiculturalidad, la plurietnicidad y los derechos autonómicos de indígenas y negros; el reconocimiento de igualdad para todas las religiones y cultos; la primacía de los derechos civiles sobre los religiosos (matrimonio y divorcio); la vigilancia permanente al ordenamiento constitucional (Corte Constitucional) y el derecho del individuo a reclamar sus derechos y recibir pronta respuesta (derecho de tutela). Gaviria, además, levantó el estado de sitio y ofreció amnistía a los traficantes de drogas que se entregaran voluntariamente. La situación mejoró con esas políticas, pero el comercio de cocaína, junto con la actividad guerrillera, siguieron causando problemas al país, y en 1992 el gobierno declaró el estado de emergencia con el fin de controlar la situación. En 1993, Pablo Escobar, cabeza del cártel de Medellín, murió a manos de las fuerzas de seguridad del Estado en un tiroteo que siguió al intento por capturarlo.
Durante el año 1994 se produjeron diversos acontecimientos relevantes: en marzo se celebraron elecciones legislativas en las que los liberales lograron vencer a los candidatos conservadores por un amplio margen; algo distinto sucedió en las elecciones presidenciales de junio, en las que Ernesto Samper Pizano, del Partido Liberal, venció por menos de 30.000 votos de diferencia. En el mismo mes, cientos de personas, especialmente indígenas paeces, murieron por la avalancha del río Páez (departamentos de Huila y Cauca), derivada de un sismo de 6,8 grados en la escala de Richter.
La presidencia de Samper estuvo empañada desde su inicio por la acusación hecha por el candidato derrotado de que la campaña de los liberales había sido financiada por el narcotráfico colombiano (concretamente por el cártel de Cali), basándose en informaciones periodísticas procedentes de un diario de Miami. Además, continuó la actividad guerrillera de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional, ELN (de orientación castrista), y resurgieron los grupos paramilitares, lo que supuso un estancamiento en el proceso de paz que se había iniciado en la década anterior.
Samper y la paz En esta grabación se puede escuchar a Ernesto Samper, presidente de Colombia desde 1994 hasta 1998, aludiendo a una de las más apremiantes necesidades de su país en los tiempos recientes: la pacificación nacional
A lo largo de 1995 y 1996, la situación política en Colombia mantuvo la misma situación crítica: nuevas revelaciones acerca de la supuesta financiación ilegal de la campaña de Samper (lo que provocó un gran número de dimisiones y detenciones de altos cargos y el enfrentamiento con el gobierno de Estados Unidos), e incremento de la delincuencia común y organizada, así como de la violencia política. Por otro lado, los grupos guerrilleros desarrollaron una estrategia basada en el avance hacia las ciudades a partir de las áreas rurales en las que tienen asentadas sus bases, con el fin de crear una sensación aún mayor de quiebra de la autoridad estatal.
Prueba de fuerza de la guerrilla, en especial las FARC, fue la retención de varias decenas de soldados durante los años 1997 y 1998, con las subsiguientes entregas a misiones internacionales acompañadas de gestos propagandísticos para sus proyectos. A comienzos del año 1998 murió el máximo líder del ELN, el sacerdote Manuel Pérez, en el momento mismo en que este grupo adelantaba conversaciones con una misión colombiana respaldada por observadores de otros países, con el fin de llegar a acuerdos para respetar el Derecho internacional humanitario bajo una situación de guerra. Hasta 1998 el saliente presidente Samper fracasó en varios intentos por lograr acuerdos de paz con las guerrillas y no consiguió impedir el ascenso de las organizaciones paramilitares de extrema derecha. Además, se vio sometido a la presión internacional (especialmente de Estados Unidos) por su débil lucha contra el narcotráfico y la incapacidad para hacer justicia y hacer efectiva la defensa de los derechos humanos. Pese a todo, la economía colombiana mantuvo su ritmo de recuperación, puesto de manifiesto en su notable índice de crecimiento, en la contención de la inflación y en la continua afluencia de capitales exteriores atraídos por el incremento en la explotación de los yacimientos petrolíferos, muy numerosos en la región oriental del país.
Colombia avanza, pese a todo, en un proceso de modernización económica y política (más difícil, sin embargo) que está ampliando los canales de participación con las consiguientes reformas en las instituciones. Las fuerzas sociales que presionan por el logro de la paz, la convivencia y la equidad tienen cada día más fuerza y mejor organización.
Andrés Pastrana Miembro del Partido Social Conservador y alcalde electo de Santafé de Bogotá en 1988, el político colombiano Andrés Pastrana logró la victoria como candidato de la coalición Gran Alianza para el Cambio (que incluía a su propio partido) en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de junio de 1998. Inauguró su cargo el 7 de agosto siguiente, momento que recoge esta fotografía.
El clima de violencia política, que se fue extendiendo por distintas zonas del país a lo largo de 1997, hizo que amplios sectores políticos e intelectuales pactaran un plan de pacificación con la guerrilla. Este plan, que se hizo público en febrero en 1998, fue respaldado por el ex presidente de gobierno español Felipe González.
Otro de sus compromisos con la ciudadanía fue alcanzar un acuerdo de paz duradero con los principales grupos guerrilleros del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional. Los contactos, iniciados en el mes de julio, se prolongaron a lo largo de 1998 y durante 1999. Pastrana intervino de manera directa en los mismos, entrevistándose en varias ocasiones con el principal dirigente de las FARC, Manuel Marulanda, conocido por el sobrenombre de Tirofijo. Las negociaciones fueron interrumpidas y reanudadas debido a los desacuerdos existentes entre las partes y a la complejidad que entrañaba poner fin a un conflicto que se prolongaba desde hacía casi cinco décadas.
Mientras, a finales del mes de enero de 1999, se produjo un fuerte movimiento sísmico en el centro-oeste del país que provocó cerca de 1.000 muertos, 3.000 heridos y 400.000 damnificados, además de cuantiosos daños materiales. Afectó fundamentalmente a los departamentos de Quindío y Risaralda, destruyendo buena parte de sus aldeas y ciudades; sus respectivas cabeceras, Armenia y Pereira, quedaron prácticamente devastadas.
El 2 de mayo de 1999, el presidente Pastrana llegó a un acuerdo con Manuel Marulanda (Tiro fijo) para que cuatro días más tarde dieran comienzo las negociaciones de paz entre el Estado y las FARC, la más numerosa y antigua guerrilla del país. Pero, dos meses después, las FARC dieron muestras ineludibles de no tener prisa en establecer un diálogo inmediato y reiterado, al tiempo que reafirmaron su intención de no aceptar un alto el fuego; de hecho, el día 11 de ese mes de julio atacaron 17 localidades y llegaron a amenazar incluso la ciudad de Santafé de Bogotá. En febrero de 2000, como parte de las negociaciones de paz, una delegación conjunta del gobierno colombiano y de las FARC realizó una gira por Europa para informarse sobre otros modelos de desarrollo económico y social. La delegación recorrió Suecia, Noruega, Italia, Suiza y España. En estos países, representantes de gobierno y guerrilla se entrevistaron con políticos, sindicatos, empresarios, académicos y miembros de organizaciones internacionales de diversa índole. Otro de los objetivos de la gira fue obtener la confianza de la comunidad internacional que Colombia necesitaba para conseguir el apoyo financiero de la Unión Europea (UE) y poder llevar adelante el llamado Plan Colombia, diseñado por Pastrana con el objeto de eliminar el cultivo de coca del país y mejorar las condiciones económicas y sociales de la población. La puesta en marcha del Plan Colombia fue una de las causas aducidas por las FARC en noviembre de 2000 para romper las negociaciones de paz auspiciadas por el gobierno de Pastrana; el grupo guerrillero argumentó que la aplicación del Plan posibilitaría la intervención de Estados Unidos en territorio colombiano.
Creación del Mercado Común Centroamericano proporcionó la base para la cooperación y el comercio interregional, pero la integración económica no ha sido desarrollada con la suficiente rapidez. En la década de 1980 los países centroamericanos tenían diversos sistemas económicos y de gobierno. La región estaba sumida en la pobreza, la violencia paramilitar y la insurrección guerrillera. A finales de esa década, sin embargo, se aportó una de las posibles soluciones a través de los esfuerzos realizados por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, para lograr la paz y la estabilidad por medio de la cooperación regional. Estos esfuerzos cristalizaron en el denominado Acuerdo de Esquipulas. Las hostilidades disminuyeron, y los nuevos gobiernos democráticos de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá acertaron en la aplicación de medidas dirigidas al crecimiento económico de la región y la democratización de los países que la integran.
Jefes de Estado de Colombia –
Junta Suprema (José Miguel Pey ) 1810-1811 Manuel María Mallarino 1855-1857
Jorge Tadeo Lozano José María Obando 1853-1854 Mariano Ospina Rodríguez 1857-1861
José Obaldía 1854-55- Manuel Murillo Toro 1864-1866
Bartolomé Calvo 1861 José María Rojas Garrido 1866
Tomás Cipriano Mosquera 1861-1864 Tomás Cipriano Mosquera 1866-1867
Juan Agustín Uricoechea 1864 Santos Acosta 1867-1868
Santos Gutiérrez 1868-1870 Eustorgio Salgar 1870-1872
Manuel Murillo Toro 1872-1874 Santiago Pérez 1874-1876
Aquileo Parra 1876-1878 Julián Trujillo 1878-1880
Rafael Núñez 1880-1882 Clímaco Calderón 1882
Francisco Javier Zaldúa 1882 José Eusebio Otálora 1882-1884
Ezequiel Hurtado 1884 Rafael Núñez 1884-1886
J. M. Campo Serrano 1886-1887 Eliseo Payán 1887
Rafael Núñez 1887-1888 Carlos Holguín 1888-1892
Miguel Antonio Caro 1892-1896 G. Q. Calderón 1896
Miguel Antonio Caro 1896-1898 José Manuel Marroquín 1898
Manuel Antonio Sanclemente 1898-1900 José Manuel Marroquín 1900-1904
Rafael Reyes Prieto 1904-1909 Jorge Holguín 1909
Ramón González Valencia 1909-1910 Carlos Emilio Restrepo 1910-1914
investigado por.
Manuel Palmieri Goselin